Obra El hombre que compra abrazos Autor: Hugo García Publicado: 09/01/2019 | 01:17 pm
MATANZAS.— Con la exposición Hijos del carbón del artista de la plástica Jorge Yunior Gutiérrez Salomón, la ciudad de Matanzas despidió el año y abrió las puertas de este 2019. Los lienzos de este joven están tocados por el don de la originalidad, por el brillo de lo bello y trascendente, así como por la inspiración martiana de que «Todo es hermoso y constante,/todo es música y razón,/y todo, como el diamante,/antes que luz es carbón».
Alrededor de diez obras se exponen en una de las salas del Museo Farmacéutico Ernesto Triolet, muestra nacida en la República de Haití durante un viaje del artista de la plástica por esas tierras.
«El carbón es uno de los elementos más simples y naturales, visto desde la fosilización de la madera y como mi religión es de negros como el carbón, y estando en Haití lo que tuve a mano fue el carbón dentro de una población negra, el carbón me sirvió para humanizar lo que quiero trasmitir desde el ámbito religioso y social», detalla Gutiérrez Salomón.
Sus obras resumen como un testimonio vivo los avatares de la gente humilde o sumida en la pobreza como las vendedoras de la calle Delma (Vendedora en Delma), o de los niños que batallan por sobrevivir, ilustrada con acierto en El hombre que compra abrazos (acrílico y carbón sobre damasco). Los lienzos acaparan la atención inmediatamente por el contraste entre la obra en sí, con detalles a relieve, y el damasco como soporte.
«Esta serie está pintada sobre textil de cierta opulencia u ostentoso como el damasco, que cuenta con un nivel de decorados exuberantes. Sin embargo, el carbón es el protagonista. Mi trabajo en estos momentos es solo con carbón, que se ha vuelto una forma de identidad en mi forma de trabajar, porque toda la visualidad que tengo como creador está enfocada en la posibilidad de usar al máximo todo lo que quiero hacer desde el carbón como técnica visual y elemento de discurso.
«El tipo de pintura y de arte que empleo en mi creación con el carbón, lo concibo con un nivel de conciencia desde la perspectiva de que hago un arte que no es comercial», explica el joven.
Lienzos que atrapan al espectador
Bajo un mismo Dios, La Ville Agua que divide y une o Calle Ojú Comers son tres de los lienzos expuestos que atrapan al espectador, que al decir de la especialista Amor Díaz Campos nos traen «imágenes cargadas de dolor, de sufrimiento, de experiencias ajenas, que el artista hace nuestras... A pesar de la condición del artista de Sacerdote de Ifá, Salomón nos presenta un discurso que trasciende lo personal, para convertirse en un merecido homenaje a la práctica religiosa haitiana, a sus tradiciones y su diáspora.
«Antes usé el carbón por necesidad, solo como relleno en mis obras; ahora me doy cuenta que solo con carbón puedo hacer un discurso con un nivel conceptual según el soporte que emplee, por eso fui a Haití con la idea de que lo que pintara allí regresara a Cuba para exponerse», recuerda Gutiérrez Salomón.
Detalla que la obra El hombre que compra abrazos nació de la ternura, porque al llegar a la calle Delma se encontró muchos niños pidiendo dinero y comprobó el contraste entre la gente rica y quienes no tienen nada. «Allí se malinterpreta que un hombre blanco le regale dinero a los niños, puede ser mal visto, por eso pedí que me regalaran abrazos; al igual que quise reverenciar a las vendedoras de la calle Delma, mujeres que llevan sobre sus cabezas los objetos y pesos más increíbles», subraya.
Salomón crea con el carbón natural hecho en hornos con maderas del monte, como material esencial de su trabajo: «Me he dado cuenta que puedo realizarme con este material, son obras perdurables con el propio carbón de cocinar, en trozos, a relieve en la obra, nadie lo trabaja con asiduidad.
«A la crítica le llama la atención que mis personajes dejaron de tener rasgos faciales, son mucho más simbólicos, con una dosificación del color, exploto más los grises, negros y medias tintas, con escenas en penumbras, y el carbón me permite hacer incisiones en el soporte, creo que le esencia es con poco decir más.
«Mi obra anterior es barroca, cargada de personajes y colorido. En estos tiempos en los grandes formatos solo uso una dosis pequeña de personajes, poco colorido y ambientes de soledades, el protagonismo de los personajes está en la misma falta de protagonistas», resume el artista miembro de la Asociación Hermanos Saíz.
Salomón piensa participar con tres obras en la Bienal de La Habana, que tendrá a Matanzas como subsede. «El momento más importante de mi carrera es exponer en esta Bienal y pienso que extenderla a Matanzas es relevante».
Obra La Ville Agua que divide y une.