En la refinería Díaz-Canel conoció sobre el impacto en la bahía del derrame de hidrocarburos y las medidas adoptadas. Autor: Estudios Revolución Publicado: 07/07/2018 | 07:46 pm
En la bahía de Cienfuegos apenas permanece alrededor del uno por ciento de la contaminación oleosa provocada por el derrame de residuos de hidrocarburos de las piscinas de los sistemas de tratamiento de la refinería de petróleo. Es una «minucia» que no deja de preocupar, por lo que se alistan proyectos con base en la ciencia para extinguir sus vestigios.
La bahía es un hito geográfico intrínseco a la idiosincrasia de los cienfuegueros, quienes siempre la quieren ver limpia, como una perla. Y fue esta el eje del recorrido del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en su visita de trabajo a la comarca. La examinó por el norte y por el sur.
Cienfuegos fue el colofón de un itinerario mayor que incluyó a Villa Clara y a Sancti Spíritus, tres territorios muy perjudicados por los efectos de la tormenta subtropical Alberto, que abatió al centro y al occidente del país a fines de mayo.
El mandatario cubano hizo un breve resumen del trabajo realizado en la región entre viernes y sábado (recién llegado de la Cumbre del Caricom en Jamaica), a una multitud de lugareños que lo esperaba espontáneamente en el parque José Martí, a la salida de la sede del Gobierno, donde concluyó —con una reunión con las autoridades de la provincia— una visita a la urbe que había iniciado al despuntar la mañana.
Les relató sobre los daños provocados en las tres provincias por el evento hidrometeorológico, sumamente lesivo y que nos sobrevino menos de nueve meses después del paso arrollador del huracán Irma. También les habló del arduo esfuerzo de recuperación que se ha hecho en poco más de un mes.
Cienfuegos es un ejemplo de esto. Hablando de la capital provincial, les comentó que aquí se están haciendo cosas de muy buen gusto. «La ciudad está bonita, la gente saluda de manera muy atenta, con mucha decencia, hay alegría». Ustedes —dijo— tienen que seguir defendiendo eso y apoyándolo.
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros felicitó al pueblo cienfueguero por haberse volcado a resolver el problema provocado por el derrame de hidrocarburos en la refinería como consecuencia de la tormenta subtropical.
Era una situación muy complicada desde el punto de vista medioambiental —señaló—, «y ustedes demostraron que quieren mucho a la bahía». Todo el mundo trabajó, «y eso ha dado resultados». Le «decía a la primera secretaria del Partido —Lidia Esther Brunet Nodarse— que el que llegue a esta ciudad ahora y vea la bahía, le costará mucho imaginar que hace unos días» estaba tan afectada por el derrame. Y si hoy está así, casi limpia, es por «el trabajo que ustedes hicieron».
Mientras Díaz-Canel discursaba muy informalmente, la multitud crecía y se agolpaba más y más alrededor de él. Entre gritos, aplausos y vivas, y elogios de las damas que no vienen al caso, minutos después se despedía, y un sonoro grito apagó los otros: «¡Siga guapeando, Presidente!», exclamó alguien.
Sin cabos sueltos
La visita del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros por Cienfuegos comenzó en la Marina Marlin. El 29 de mayo se vio copada por la mancha de petróleo, que «pintó» de negro cuanto yate había en la dársena, algunos de ellos propiedad de turistas extranjeros que permanecían anclados y que de inmediato alertaron que litigarían por el daño.
Pocas horas después, sin embargo, la ola de hidrocarburo comenzó a ser desplazada por otra, una ola de limpieza que se emprendió en toda la bahía. Aquí, le explicaron a Díaz-Canel, se utilizó un producto capaz de degradar el combustible y dejar limpias nuevamente las embarcaciones.
Fue una faena rápida y eficiente. Al segundo día la opinión de los usuarios era de admiración. Y agradecimiento.
La dársena turística pertenece al grupo empresarial Marinas y Náuticas Marlin, es una de las 13 de su tipo en el país. Los catálogos de marinería de paseo la califican como una de las mejores de Cuba, al estar en la bahía de Cienfuegos, muy relevante por sus dimensiones, calado y la serenidad de sus aguas.
Ahora hay que agregar la rapidez, eficiencia y calidad que tiene esta provincia en el enfrentamiento de accidentes que puedan afectar a esta bella y gran bahía de bolsa.
Acciones rápidas pero refinadas
El segundo destino del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros fue la refinería de Cienfuegos, donde se le informó en detalle sobre el impacto en la bahía del derrame de hidrocarburos y las acciones adoptadas para enfrentar, mitigar y revertir las consecuencias del accidente provocado por las lluvias de la tormenta subtropical Alberto.
El mandatario cubano también recorrió varias inversiones de carácter social, como la renovación de un parque de diversiones y un complejo recreativo a las orillas del mar, que se están ejecutando con el respaldo de los dineros de la Contribución territorial al desarrollo local.
Díaz-Canel resaltó el beneficio que reportarán para la población estas obras, las que a la vez permitirán incrementar los ingresos de las empresas a las que pertenecen, las cuales, al mismo tiempo, aportarán más recursos, entre ellos, por concepto de esta Contribución, a la provincia.
En la punta, el corazón
Al salir del pequeño y bucólico paisaje marítimo que es el centro recreativo La Punta, en el extremo de la lengua de tierra de Punta Gorda, desde la planta alta de un vecino chalet de madera pintado de amarrillo, una «persona grande» sale y empieza a bajar las escaleras al encuentro de Díaz-Canel.
—Déjame ver al Presidente —exclama la vieja dama.
—No se apure, yo la espero —le responde el estadista.
La señora baja y muestra unas manos temblorosas de emoción.
—No se preocupen, no voy a hacerle daño —le dice a los compañeros encargados de la seguridad del mandatario.
—Siga como va —aconseja al Jefe de Estado, y lo abraza tiernamente, como amantísima madre que agradece a un hijo.