Las osamentas encontradas en Playa El Mango impactaron a los investigadores Autor: Rafael Martínez Publicado: 25/04/2018 | 08:44 pm
Río Cauto, Granma.— Varias osamentas humanas, instrumentos rudimentarios y otros objetos, que presumiblemente datan de hace más de 2 000 años, fueron localizados por especialistas de esta provincia y del Instituto Cubano de Antropología, después de una excavación realizada en el apartado asentamiento de Playa El Mango, en este municipio de Granma.
Durante dos semanas, 15 investigadores cubanos y tres de la Universidad de Winnipeg, de Canadá, corroboraron la existencia de algunos elementos que varían la percepción sobre los aborígenes que poblaron el país miles de años antes de la llegada de los conquistadores españoles.
El Doctor Ulises González Herrera, del Departamento de Arqueología del Instituto Cubano de Antropología, al frente de la expedición científica, explicó a la prensa que estos grupos primigenios no solo eran recolectores, pescadores y cazadores, como se pensaba hasta el presente, porque también tuvieron una agricultura incipiente.
Ellos sembraron maíz, boniato y otros cultivos, algo que podemos saber por el estudio de residuos orgánicos adheridos al sarro de una selección de dientes extraídos de los restos humanos encontrados hace algún tiempo en este yacimiento arqueológico, considerado uno de los más importantes del Caribe insular, expresó González.
Dijo que estas excavaciones dan continuidad a las realizadas desde 2015, que forman parte del proyecto Arqueología de prácticas mortuorias en sociedades aborígenes de bajos niveles productivos en Cuba, y que tienen la complejidad de realizarse en terrenos ocupados actualmente por pobladores del lugar.
El investigador agregó que aunque los resultados son parciales, no hay dudas de que estas poblaciones, todavía por estudiarse a fondo, conocían los beneficios de ubicarse en los lugares más altos dentro del sistema de lagunas de esta extensa llanura.
En los estudios de campo realizados desde hace tres años se han encontrado cientos de objetos confeccionados a partir de tiburones, conchas, madera o piedra, además de agujas, cuchillos y adornos que empleaban en su cuerpo aquellos antepasados.
Por su parte el arqueólogo José Manuel Yero Masdeu, de la Casa de la Nacionalidad Cubana, otra de las instituciones involucradas en el proyecto, reconoció que ya las clasificaciones conocidas de siboneyes o taínos necesitan actualizarse por el hallazgo creciente de pruebas que cambian concepciones sobre los aborígenes del Archipiélago.
«Sabíamos por los estudios previos que habría hallazgos importantes, pero no imaginamos que fueran de esta magnitud. Encontramos más de las osamentas que pensábamos», confesó Yero.
El asentamiento aborigen fue descubierto en 1941 por el médico manzanillero Bernardo Uset, experto en arqueología, y solo 39 años después volvió a ser estudiado superficialmente. Luego, en 1986, 2015, 2016 y 2017, se realizaron otras excavaciones, todas de sumo interés para la historia nacional por la cantidad de hallazgos sobresalientes.
Una de las características del proyecto es que estimula el estudio de la historia a los niños de esta apartada comunidad del llano, quienes han aprendido que los primeros pobladores de estas tierras, que no tuvieron contacto con los españoles porque vivieron antes la llamada conquista, no poseían escritura, eran expertos pescadores y vivían en estructuras habitacionales sin mucha solidez.