La energía solar fotovoltaica es una de las de mayor potencialidad para la generación de electricidad. Autor: Omara García Mederos Publicado: 21/09/2017 | 06:52 pm
Nueva Gerona, Isla de la Juventud. — La reducción de importaciones de diesel y de fuel oil, y la disminución de las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera están entre los resultados de una década de uso de fuentes renovables de energía en Isla de la Juventud
Según Ramón Duvergel, director de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Fuentes Renovables de Energía y Equipos Electrógenos de Emergencias, en estos diez años el territorio registra un ahorro de 161 pailas (cada una equivale a un camión cisterna de 26 toneladas) de combustible convencional, las que suponen unos 80 días de generación. Asimismo, se dejaron de consumir más de 4 000 toneladas de fuel oil.
El Programa de Desarrollo Integral que ejecuta el territorio desde 2012 y hasta el 2020, incluye el uso de las fuentes renovables de energía, centradas en la eólica, la solar fotovoltaica y la biomasa forestal.
Hasta el 2006, en el Municipio Especial se generaba con combustible fósil, pero a partir de la Revolución Energética se convirtió en polígono de prueba, con la puesta en funcionamiento en 2007 del primer parque eólico experimental Los Canarreos, único de su tipo en Cuba, al disponer los equipos de solo dos aspas y ser abatibles.
Fermín Molina, director de la UEB Despacho, explicó que esa peculiaridad facilita el mantenimiento y protección de los seis aerogeneradores frente a huracanes.
El parque muestra entre sus limitaciones que no maximiza el aprovechamiento del viento como los que tienen tres aspas. «Sin embargo, ha ahorrado 2 800 toneladas de combustible en la última década, y desde su puesta en marcha aporta el uno por ciento de la generación diaria al sistema», dijo.
Expertos coinciden en señalar a la energía solar como una de las de mayor potencialidad para la generación de electricidad.
De acuerdo con Molina, se aprovecha más el sol. «En 2014 se puso en marcha el parque La Fe, con 0,8 MW, y en su primer año superó al eólico, con una capacidad instalada de 1, 65 MW.
El segundo parque, Los Colonos, de un MW, y el parque Universidad, con
2,4 MW —el más grande de todos—, contribuyen a que la generación fotovoltaica muestre una capacidad de 4,2 MW de los 5,85 MW de potencia instalada en el territorio.
«Al cierre de 2016, la generación por ese último concepto representó el 4,04 por ciento del total en la Isla, con un ahorro aproximado de 1 141 toneladas de combustible.
También los parques fotovoltaicos generan más de lo que previó el estudio: de un aprovechamiento estimado del 77 por ciento, en 2016 se aprovechó al 88», acotó Fermín Molina.
Por su parte, Ramón Duvergel comentó que aunque la tecnología está diseñada para soportar fuertes vientos, «tenemos los recursos de protección. Hoy existen en la Isla unos 18 000 paneles, todos de producción nacional, 4 400 de 185 watt y el resto de 250 watt, y están anclados y fijos».
La generación de electricidad a partir de la biomasa forestal se inició aquí desde 2009, con el apoyo de diversos organismos de la ONU. En la comunidad sureña de Cocodrilo, reserva natural del territorio, el objetivo es generar electricidad mediante una mezcla de diesel y biomasa forestal gasificada y ahorrar como mínimo el 75 por ciento del combustible fósil.
El proyecto involucró en sus inicios al Ministerio de la Agricultura y la Unión Eléctrica, y pretendía tributar al manejo sostenible del bosque. Esta planta de gasificación con biomasa forestal ofrece servicio eléctrico a los residentes y beneficia también los servicios de educación, comercio, agua y salud existentes.
La Melvis, la segunda y mayor planta de generación de biomasa forestal, con una capacidad instalada en su primera etapa de 500 kilowatt, pretendía generar electricidad sin usar combustible fósil, pero dificultades tecnológicas impiden su puesta en marcha.
En una reciente visita al territorio pinero, Amaury Mena, representante del Ministerio de Energía y Minas, explicó que se trabaja intensamente para ponerla en funcionamiento de manera estable y sostenible, con la colaboración de expertos del proyecto Indio Hatuey de la Universidad de Matanzas y asistencia técnica extranjera.
La transformación gradual de la matriz energética nacional a partir del uso de fuentes renovables de energía es un objetivo del Estado cubano, en cuyo plan de desarrollo para el 2030 se aspira a alcanzar el 24 por ciento de participación de las mismas, que hoy solo alcanzan un poco más del cuatro por ciento. En Isla de la Juventud, pionera en su introducción, se cuenta ya con una potencia instalada de 5,85 MW.