Donde existe un liderazgo que aglutine, estimule y proyecte con una visión integradora, el desarrollo se visualiza y la prosperidad no es un eslogan. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 06:50 pm
Son más satisfactorios los planes «tensos», con incumplidores igual de «tensos», que los cumplidores relajados y conformes. La reflexión la realizó Santiago Pérez Castellanos, jefe del Departamento Agroalimentario del Comité Central de Partido, durante el balance anual del Ministerio de la Agricultura.
La aseveración resulta aleccionadora también para otros sectores del país, pero especialmente en este ámbito, en el que lo que se requiere dista mucho de los avances logrados, sobre todo, si se compara con los enormes montos que tiene que erogar cada año el presupuesto del país para garantizar los alimentos, un asunto considerado como de seguridad nacional.
Castellanos insistió en la falta que hace no solo perfeccionar la planificación, sino el proceso inversionista e incorporar la inversión extranjera a las perspectivas de desarrollo del sector.
Un ejemplo de la dicotomía entre lo deseado y lo buscado se hizo evidente en el diálogo entre Vladimir Andino Rubal, director general de la Empresa Lázaro Peña, y el titular del ramo, Gustavo Rodríguez Rollero.
Vladimir explicó los esfuerzos que se acometen en esta entidad hace más de un año para garantizar el 60 por ciento de la capa de tabaco destinada a la exportación. Tras su intervención, el Ministro afirmó que ha faltado visión más que dinero en no poco lugares del sistema de la Agricultura, y esta empresa no estuvo fuera de ello.
Rollero realizó su juicio tras inquirir sobre el uso de un producto inhibidor del crecimiento, que lleva más de 30 años en el mercado mundial y evita el desarrollo de partes indeseables en la planta del tabaco.
Este año es que la Lázaro Peña comenzará a aplicarlo de manera generalizada. Hasta 2016 el deshije fue básicamente manual, y esa práctica, de manera sistemática, afecta la calidad de la capa.
Lo anterior parecería una nimiedad, pero afectó el monto de las exportaciones generales del sector. Entre otras causas incidió la deficiente calidad de una parte de la capa para el tabaco torcido. Esto limitó el surtido de alto valor y, como consecuencia, las ventas se realizaron por debajo del precio planificado.
En 2016 las exportaciones de bienes y servicios, de un plan total de 352 240 600 dólares, solo alcanzaron el 82 por ciento de cumplimiento. Se dejaron de exportar 62 085 100 dólares.
En el balance se hizo también un debate juicioso sobre el uso del agua en el sistema de la Agricultura —que es el mayor consumidor de este recurso en el país—, con la participación de Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, quien advirtió sobre la seria situación de este recurso natural en provincias como Ciego de Ávila, donde los acuíferos subterráneos están muy comprometidos.
Rodríguez Rollero reconoció la preocupación de los productores por ese asunto. Antes —dijo—, poco importaba bombear el agua con una motobomba, amén del derroche y la poca efectividad para las plantaciones. Ahora, donde se puede, se cambian los sistemas por otros más racionales y eficaces.
El titular del ramo afirmó que estamos en mejores condiciones que nunca para mejorar los sistemas de irrigación, porque existen industrias en el país para fabricar conductoras de riego y sistemas por goteo.
Norberto Espinosa Carro, director del Grupo Empresarial Ganadero, disertó sobre el programa de desarrollo que acometen en medio de penurias económicas y financieras. Jerarquizó como poderosa fortaleza los sistemas de capacitación que han establecido, para que dondequiera que haya un ganadero, incluso veterano, se conozcan las buenas prácticas y se aplique la ciencia y la técnica, claves en el desarrollo de esta rama agrícola.
Aunque el balance estuvo dirigido a reflexionar sobre lo que falta para alcanzar la eficiencia económica productiva y el desarrollo integral del sector, más que a regodearse en cifras triunfalistas, se mencionaron ejemplos que demuestran que donde las buenas prácticas y la disciplina tecnológica anden de la mano, y además exista un liderazgo que aglutine, estimule y proyecte con una visión integradora, el desarrollo se visualiza y la prosperidad no es un eslogan.
Así ocurre en la cooperativa matancera El Sordo, donde se obtienen excelentes resultados, y que ha asimilado las tierras de dos UBPC que en diferentes momentos se desintegraron.
Isaías Piedras, presidente de esta UBPC, quien recorre en quitrín y hasta en caballo a pelo cada recoveco de sus predios, estima que el secreto de la prosperidad en esa entidad está en la aplicación de tecnologías. Sus áreas se irrigan mediante 13 máquinas de pívot central, y en cien de las más de mil hectáreas que poseen aplican el riego por goteo.
Como nota interesante, este guajiro remarcó que El Sordo está cerca de Varadero, y antes los jóvenes de por allí preferían irse a trabajar al turismo, pero ahora muchos han echado anclas en esta cooperativa que, por sus resultados productivos, genera utilidades significativas, porque han diversificado sus fincas sin perder de vista los indicadores de eficiencia.
La situación de esta cooperativa contrasta con el hecho de que en el pasado año se disolvieran 82 UBPC y ocho CPA por sus deficientes resultados, una tendencia que también es preciso revisar por sus implicaciones.
Aunque las cifras del informe reflejan crecimientos en casi todos los indicadores productivos y se espera para el presente alcanzar niveles que superen el año analizado, la prosperidad del campo podrá observarse si cada base productiva se toma en serio la misión que le corresponde con una visión que apunte siempre al desarrollo.
Por eso, como se dijo a modo de conclusión, urge perfeccionar el trabajo de selección y preparación de los cuadros en las empresas y delegaciones municipales, para elevar los niveles de solución en la base, que es donde se decide el desarrollo del campo en Cuba, y en donde en marzo tendrá lugar un profundo proceso de análisis conducido por el Partido.