NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Estudiantes universitarios cubanos activistas del proceso de rendición de cuenta de los delegados a sus electores reconocieron entre los aportes de esa experiencia la adquisición de conocimientos útiles para su carrera y su vida.
Celia Pérez Sánchez, Dayana Rojas Ferrás, Álvaro Navarro Céspedes y Javier Nicolás Miranda, estudiantes de segundo año de la carrera de Derecho en la Universidad de la Isla de la Juventud, compartieron con JR sus vivencias en esos encuentros de participación social.
Ellos identificaron como rasgos positivos el nivel de información que se brinda a la población y la oportunidad que ofrece el país para, desde el barrio, contribuir a la búsqueda de soluciones a problemas comunes en cada territorio.
Asimismo, les inquietan fenómenos que, en ocasiones, se manifiestan en esos espacios, tales como desinterés, morosidad e inasistencia, y que se culpe al delegado por la falta de soluciones a sus planteamientos, aun cuando se sabe que él es quien gestiona la respuesta con las entidades pertinentes.
En lo personal, a Celia la experiencia la ayudó a desarrollar su capacidad de observación y a conocer más de cerca la realidad de su territorio.
A Dayana le resultó muy productivo para su carrera: «Conozco ahora los procesos de elección y nominación de candidatos muy útil para la asignatura de Derecho Constitucional, y tengo la posibilidad de decir lo que me incomoda e inquieta con vistas a mejorar el funcionamiento del país».
Álvaro manifestó que vincularse al proceso le aportó mucho conocimiento y experiencia. «Estoy más identificado con las exigencias actuales y la realidad de Cuba», afirmó.
En tanto, Javier ratificó que ver el proceso «en vivo y a todo color» le ayudó a comprender mejor la teoría de lo aprendido en clases. «Además —refirió— pude percatarme de que los cubanos tenemos criterios y usamos ese derecho, sobre todo porque ese es el momento más importante para aportar a las soluciones en el barrio».
De igual forma consideraron estimulante su participación como activistas en la rendición de cuenta de los delegados a sus electores porque les exige una alta dosis de responsabilidad, al velar por la calidad y el rigor de los procesos democráticos de la sociedad cubana.