Un socialismo próspero y sustentable necesita empresas estatales sólidas y sustentables, sentenció la Doctora Ileana Díaz Fernández, al presentar su ponencia La autonomía empresarial, una asignatura pendiente, en un panel que abordó los desafíos de esas entidades, corazón y núcleo básico de la economía cubana y de la actualización de nuestro modelo.
El panel desató un fecundo debate y atrajo una de las mayores audiencias del 2do. Congreso Internacional Gestión Económica y Desarrollo, que sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana. Tanto disertaciones de ponentes como juicios de académicos, empresarios y funcionarios, traslucen que para aprobar esa «asignatura pendiente» habrá que erradicar obstáculos burocratizantes, excesos centralizadores, intermediaciones, rigideces y normas discrecionales que restan potestad a la empresa socialista para avanzar sin andadores y arriesgarse sin tantos tutelajes, luego de que cumplan con su encargo estatal.
Aun cuando se han experimentado flexibilizaciones hacia la empresa últimamente, se abordó allí el perjuicio de seguir asumiendo el Plan como un fórceps con mirada cortoplacista, de asignaciones de recursos, que frena la acometividad, la innovación y la toma de decisiones de directivos y trabajadores.
Inevitablemente, se trató la actual estructura del sistema empresarial, luego de tantas restructuraciones en más de 50 años, e incongruencias que han dislocado a dicha entidad estatal. Hoy, las llamadas Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE) son ministerios en chiquito, mientras muchas empresas han visto reducidas sus facultades y posibilidades, al convertirse en Unidades Económicas Básicas (UEB).
Se criticó que el marco regulatorio del sistema empresarial cubano entronice demasiadas directivas y orientaciones desde arriba, en detrimento de la eficiencia y eficacia autogestionadas.
En tal sentido, el máster Luis Marcelo Yera alertó sobre la importancia de que el sistema empresarial cubano deje atrás atavismos y, a tono con los más avanzados conceptos de gestión de las empresas públicas en el mundo de hoy, asuma el Gobierno corporativo, deslindando las funciones de Propiedad (dueño), Administración (Junta Directiva, Consejo de Dirección o Directiva) y Gestor.
También se requiere que la relación academia-decisores se estrecha aún más. En el debate de ayer —en el cual gestores empresariales analizaron críticamente el tema de la falta de autonomía desde la óptica del sufriente y abogaron por que se les consulte— se propuso que se sistematicen esos encuentros y se eleven y ventilen las ideas fundamentales de las preocupaciones sobre la «asignatura pendiente», para no suspender el examen histórico de la economía cubana.
Créditos de la Banca
Entre tan diversos e inabarcables paneles, comisiones, exposiciones y auditorios, trascendió una noticia, en boca de Isabel Sanz, vicepresidenta del Banco Metropolitano.
Como parte del perfeccionamiento del modelo económico, la Banca cubana en su totalidad otorgó en 2015 créditos al sector empresarial por valor de unos 28 000 millones de CUP; de ellos el 36 por ciento a la agricultura, el 32 al comercio y el 15 a la industria manufacturera.
Dichos créditos se destinan a financiar inversiones como la ampliación de la planta hotelera turística, proyectos de desarrollo como el del Mariel, programas frutales, de granos y demás alimentos, entre otros.
En el período 2012-2015 se otorgaron créditos a personas naturales por valor de 6 741 millones. El 50 por ciento del total a acciones de construcción en viviendas, el 34 por ciento a agricultores pequeños y el 6,7 por ciento a trabajadores por cuenta propia.
Es significativo el reciente auge de ese mecanismo financiero, pues el 90 por ciento de los créditos otorgados a cuentapropistas en el período, se concedieron en 2015, principalmente para compra de equipamientos y reparación de locales.
Entre 2013 y 2015 la Banca cubana otorgó créditos a cooperativas no agropecuarias por concepto de 223 millones de pesos.