En medio de la Divina Liturgia que el Patriarca de Moscú y de toda Rusia oficia en la Catedral Ortodoxa Rusa de Nuestra Señora de Kazán como última actividad de su visita a la Isla, el Patriarca recordó elementos de la gestación y concreción de este templo y de sus lazos con Cuba y los cubanos.
Su Santidad Kirill, afirmó oficiaba la Divina Liturgia «con un sentimiento muy particular» porque precisamente hace 45 años en esta ciudad había sido consagrada la primera parroquia, el primer templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El Patriarca recordó su visita a Cuba en 1998 para tratar con las autoridades de la Isla la apertura de la parroquia rusa. Dijo que las autoridades escucharon la solicitud y que fue tomada la decisión de enviar a Cuba a un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Desde el 2001, refirió, permanece en La Habana un sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero había la necesidad de construir un templo.
Kirill dijo que en 2004 regresó a Cuba y se reunió con el Comandante Fidel Castro, a quien pidió apoyo para construir el templo. «Conversé largo tiempo con el Comandante, le conté sobre la Iglesia Ortodoxa Rusa y su papel en la vida de nuestra patria. Fidel me hizo muchas preguntas y el final de la conversación fue maravilloso: “Estaría muy feliz que se construya un templo de la Iglesia Ortodoxa Rusa en La Habana”, dijo el Comandante».
Kirill recordó que Fidel Castro encargó a las autoridades de La Habana mostrar un mapa para que él escogiera el sitio de emplazamiento, acción para la que fue auxiliado por Eusebio Leal, historiador de la ciudad.
El Patriarca comentó anécdotas de cuando colocó la primera piedra y detalló que, al oficiar su primera Divina Liturgia en Cuba, en las primeras filas estaban las autoridades cubanas, lo que lo hizo augurar «un futuro muy grande para este país».
Su Santidad rememoró la voluntad del Estado cubano de asumir la construcción del templo. «En el 2008 tuve el placer de consagrar este templo y en ese oficio divino fue apreciado por Raúl y el cardenal (de la Iglesia Católica) Jaime Ortega», señaló.
Kirill comentó su alegría por el desarrollo de la vida del pueblo cubano, la aparición de nuevos modelos de agricultura y el alto nivel de relaciones entre el Estado Cubano y la Iglesia Católica Romana.
Además, reveló públicamente a Raúl Castro: «Voy a seguir rezando por Cuba, por usted personalmente y por su hermano Fidel, por el pueblo cubano y por los cristianos cubanos».