El 2 de enero de 1959 fue revivido en Santiago y en Granma. Autor: ACN Publicado: 21/09/2017 | 06:24 pm
Las emociones de aquel 2 de enero de 1959, en que con la admiración de todo un pueblo partió hacia La Habana el convoy de Fidel y los guerrilleros que habían conseguido la verdadera independencia, fueron revividas la víspera en las ciudades de Bayamo y Santiago de Cuba.
En la capital de la provincia de Granma los protagonistas fueron 57 estudiantes destacados, quienes estuvieron acompañados en su entrada a la Plaza de la Revolución por tres de los rebeldes que entonces escoltaron al Comandante en Jefe: Carlos Fraga Moreno, Juan Estrada Viamonte y Yoel Sánchez Leyva (Bayamito).
En la conmemoración participaron, junto a millares de personas, el primer secretario del Partido en Granma, Federico Hernández, y el presidente del gobierno, Manuel Santiago Sobrino, así como Rafael Corrales, quien estuvo entre los caravanistas de 1959.
Los jóvenes rememoraron, previamente, cómo se pactó en las afueras de la urbe, en Cautillo Club, la capitulación de los miles de uniformados que custodiaban el Puesto de Mando de Bayamo, uno de los últimos reductos del Ejército del régimen de Batista.
En la jornada, 12 jóvenes recibieron el carné de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas. Para ellos y para los que se reunieron este sábado en la Plaza, el primer secretario del Partido en Bayamo, José Manuel Maceo, evocó aquella tarde en la que Fidel le habló a una entusiasta multitud que festejaba el triunfo revolucionario.
La Caravana de la Libertad llegó a Bayamo después de que 160 pioneros, adolescentes y jóvenes santiagueros revivieran la gesta libertaria, como hace 57 años.
Igual que entonces, los representantes de las nuevas generaciones de cubanos partieron desde la histórica intersección de la Avenida de los Libertadores y Trinidad, y avanzaron por la Carretera Central, hasta Jiguaní.
Evocando aquel otro 2 de enero, la Caravana tuvo paradas en la zona de Río Frío, cercana a El Cobre; en el parque Martí, de Palma Soriano, y en el de Baire, sitios donde el renovado convoy encontró el reconocimiento de los vecinos y pudo palpar el talento de niños y jóvenes desde las más diversas manifestaciones artísticas.
Tal fue el retrato de un recorrido en el que las nuevas generaciones bebieron de su pasado glorioso.