Sindicalistas junto a sus hijos en uno de los talleres culturales que se realizan en la biblioteca Armando Hart. Autor: Lisbeth Ricardo Pupo Publicado: 21/09/2017 | 06:17 pm
En Reynosa, un pueblo del mexicano estado de Tamaulipas cercano a la frontera estadounidense de Texas, se aprende a leer con las ideas de José Martí, se crece cerca de Cuba y su Revolución, y se admiran las concepciones pedagógicas y humanistas del intelectual Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano.
«Tenía ganas de ser otra persona», dice Rolando Ortiz, uno de los trabajadores alfabetizados del Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras* de Reynosa (SIAMAR). En sus ojos lleva más agradecimiento del que se pueda describir. Y explica con detenimiento cuánto ha aprendido de Cuba y el modo en el que ha cambiado su vida luego de poder leer y escribir con confianza.
Como él, muchos de quienes pertenecen al SIAMAR han cambiado el rumbo de sus vidas. Juventud Rebelde pudo conocer sobre estas historias gracias a periodistas y realizadores audiovisuales que visitaron estas tierras junto a trabajadores del proyecto sociocultural Crónicas, de la Oficina del Programa Martiano. Con las historias que encontraron allí, preparan ahora un documental.
Además de los impresionantes testimonios, fue una sorpresa hallar que se erigió una biblioteca en la zona y la población decidió nombrarla Armando Hart Dávalos.
Y aunque a la tradición cubana le resulte ajeno el hecho de poner a instituciones nombres de personalidades que están entre nosotros, en esas tierras mexicanas, fronterizas con Estados Unidos por el Río Bravo, este no es más que el modo de demostrar el agradecimiento y la admiración hacia la Isla. Según el licenciado Alberto Lara Bazaldúa, secretario general adjunto del SIAMAR, esta decisión popular se corresponde con el hecho de que fueron alfabetizados con las ideas martianas, que tan bien defiende el revolucionario e intelectual cubano.
¿Y qué significa alfabetizarse con esas ideas?, le pregunto a Eloísa Carreras Varona, directora del proyecto Crónicas y principal estudiosa y apasionada de las ideas del primer Ministro de Educación en la Cuba triunfante, justo cuando Fidel convocara a la Campaña de Alfabetización.
«Es vivir en la virtud», me responde. «Es vivir con felicidad a pesar de todo. Es comprender por qué estamos aquí y qué podemos hacer mejor por el otro. Es entender por qué hay que luchar por la mujer y el hombre nuevos, por qué estamos llamados a transformar nuestra realidad para mejorarnos cada día».
«Para Hart, lo más importante de esa idea de alfabetizarnos está en la búsqueda de comprender cómo podemos ser felices. Y para él, esto no es posible sin educación y cultura, porque donde estas no andan, se construye el camino a la barbarie», comenta Eloísa, también su compañera en la vida.
Libros en vez de armas
La tutora Paz Beatriz Santiago cuenta que «antes, quienes no tenían estudios podían ser despedidos de las maquiladoras», revela y explica que después de hacer el nivel primario y secundario, ya tienen una plaza fija en sus empresas de importación y exportación.
Y lo mejor es que nadie piensa quedarse así. Muchos ya iniciaron la preparatoria (preuniversitario) y han adquirido un nivel superior en el trabajo, pues antes eran trabajadores generales y ahora se desempeñan como jefes de grupo. Esa es una de las razones que impulsan a la tutora a afirmar que Reynosa puede cambiar con la alfabetización e influir en el futuro de sus hijas e hijos.
Rolando Ortiz labora en una empresa unida al SIAMAR y confiesa que llevaba años intentando terminar su educación, hasta que llegó el programa de alfabetización. «Al principio me dio miedo porque yo siempre había tratado de ocultar que no sabía leer ni escribir. Solo conocía algunas letras y no tenía documentos para que me contrataran, porque el requisito es tener al menos los estudios básicos.
«Con este programa me animé porque otros compañeros míos se apuntaron. Me armé de valor y dije que iba a hacerlo. Terminé mi educación primaria y secundaria y me entregaron mis certificados. Esto cambió mi vida: antes podía hablar, pero no escribía mis ideas. Ahora estoy más seguro de lo que digo porque entiendo las palabras. Quiero ir por más y sé que haremos cosas sorprendentes. En mi vida he estado en otras empresas y nunca se preocuparon por si teníamos alguna necesidad educativa», dice agradecido.
Rosa Nely Díaz Padilla, otra de las alfabetizadas, recuenta su historia y explica que actualmente hasta es capaz de andar por las redes sociales, cuando antes ni siquiera podía usar un celular. «Mis hijos me preguntaban y yo no sabía qué decirles. Ahora platico con ellos y estoy leyendo libros para compartirlos», relata.
Ella también argumenta que a la población de Reynosa le falta mucha instrucción. «Si en lugar de armas, hubiera libros, sería maravilloso. Los niños no juegan a leer sino a tirar balas, porque eso es lo que se ve en todas partes. Si en otros lugares se hiciera lo mismo que en el SIAMAR no habría tanta violencia. El sindicato también realiza actividades para los pequeños limitados en sus capacidades físicas y ya se está logrando mucho en los poblados más cercanos como Río Bravo y Ciudad Victoria», argumenta.
Aunque la biblioteca no se ha inaugurado aún, ya han concluido varios programas de alfabetización y desarrollan iniciativas como la Semana de la Cultura Infantil, en la que participaron más de 400 infantes.
Descubrir Cuba
Que en un lugar tan crítico como este en México se piense en la filosofía de Martí y en la de Cuba es un hecho impresionante, coinciden muchos estudiosos. Un nexo que Jorge Cuéllar Montoya, rector de la Universidad Latinoamericana José Martí, de Tamaulipas, se ha encargado de fortalecer con su promoción del pensamiento martiano.
A los 14 años escuchó por primera vez sobre José Martí y se quedó unido a él. Luego de leer sus textos y conocer su relación con México y la inigualable amistad que sostuvo con Manuel Mercado, Cuéllar comenzó a interesarse más por Cuba. La música, la literatura y la pintura sirvieron de motivación y ya ha visitado el país en muchas ocasiones.
Entonces llegó a la Universidad de La Habana y fomentó su vínculo con las autoridades educacionales cubanas. Ese fue un sueño convertido en realidad que le acercó aun más al archipiélago. Luego de culminar sus estudios de doctorado en la Universidad de la Habana, decide fundar una Universidad basada en la filosofía educativa del Apóstol. Aunque ya admiraba a Armando Hart, jamás imaginó que pudiera conocerlo. Entonces supo de la visita del revolucionario e intelectual a ese estado y se prometió a sí mismo encargarse de su estancia. Así se afianzaron los vínculos entre ambos pedagogos. En 2013 la Universidad que dirige le otorgó al luchador cubano el título Honoris Causa en Ciencias de la Educación.
Cada quien tiene su historia de acercamiento. Alberto Lara Bazaldúa, secretario general adjunto del SIAMAR y director de la biblioteca Armando Hart, en Reynosa, ha dicho que su amor por Cuba viene de un abuelo que le hablaba de la Isla. Los activistas del sindicato en Tamaulipas piensan que la educación y la cultura son elementos básicos para contrarrestar el crimen organizado, evitar la violencia y la degradación de la sociedad. Por eso también capacitan a hijas e hijos de los más de 50 000 agremiados.
Además de cambiar las vidas de quienes laboran en el SIAMAR, ahora mueven las de más de 300 niñas y niños a los que apoyan con tabletas, becas y otras ayudas como las clases de ajedrez que tanto enseñan. Saben que otros sindicatos los imitarán cuando vean sus resultados.
El secretario general del Sindicato Industrial Autónomo de Maquiladoras de Reynosa, Miguel Tirso Lucas, describe las instalaciones que tienen para los pequeños de los trabajadores, con servicio de biblioteca, internet e impresión de sus trabajos escolares.
¿Qué significa para Armando Hart y para quienes laboran en el proyecto Crónicas que las ideas humanistas del Apóstol hayan mejorado tanto el estilo de vida de un pueblo mexicano? A esto responde Eloísa que es una sorpresa agradable que Cuba llegue con su mensaje de amor, cultura y educación hasta donde ha llegado, a pesar de las mentiras que difunde gran parte de la prensa mundial. «Los pueblos saben dónde está la verdad», sentencia.
«Esa semilla está sembrada en muchos lugares y ha llegado a este sitio que se comunica con Estados Unidos por el Río Bravo», explica.
«Quien ha estudiado bien la transformación que se produjo en la educación cubana al triunfo de la Revolución, tiene que comprender que esas transformaciones también originaron lo que Cuba es hoy, y hacen que se siga defendiendo el socialismo como idea del mejoramiento humano, la utilidad de la virtud y de que la cultura es el único modo de ser libres», dijo Eloísa.
* Empresa que fabrica sus productos con materiales traídos desde Estados Unidos y luego los exporta a esta nación. Reciben salarios muy bajos y tienen desfavorables condiciones de trabajo.