Atender los cultivos en el momento preciso es una máxima del campesino que ama su tierra. Autor: Otoniel Márquez Publicado: 21/09/2017 | 06:03 pm
por ADIANEZ FERNÁNDEZ IZQUIERDO
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CANDELARIA, Artemisa.— Por tradición el campesino cubano es hospitalario y trabajador, y busca siempre transformar su entorno con manos propias y con la riqueza que emerge del laboreo diario. Por eso los 219 asociados de la CCS Antonio Maceo, de este municipio, se propusieron arribar al XI Congreso de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) con mejoras en la infraestructura de su cooperativa. Y lo han logrado.
Fotografías de hace algún tiempo corroboran el estado de los locales. Para reunirse siempre andaban buscando lugares prestados. Ahora Jorge Luis Valenzuela González, su presidente, muestra orgulloso el ranchón, bien acondicionado para las actividades; oficinas de mampostería y placa resistentes, una sala de historia, la cocina, un almacén, dos baños y la Plaza Martiana, primera de las obras que acometieron.
Utilizando recursos propios y apelando a la contratación de
trabajadores por cuenta propia la CCS candelariense muestra una imagen renovada, aunque todavía las ambiciones de los asociados van más lejos. Así en este año piensan construir ocho biodigestores en fincas de productores porcinos —para 2020 los 32 porcinos deben contar con estos sistemas— y concluir el organopónico para abastecer con vegetales al municipio.
Antes de la magna cita de los campesinos piensan concluir la siembra de 13,4 hectáreas de frutales, fundamentalmente mango y guayaba, en una finca colectiva ubicada en el sur del municipio. Asimismo aspiran a contar con una casa del vino y otra de las frutas.
Valores que se digieren
Aunque inmersos en mejorar la infraestructura, no han abandonado su objeto social, de modo que cumplen con la producción de cultivos varios, en especial de granos como arroz, maíz y frijol. Esta fue una de las tres cooperativas de la Empresa Agroindustrial de Granos José Martí, de Candelaria, que cumplió su entrega de arroz; de un plan de 474 toneladas en 2014 entregaron 590, y también en maíz terminaron por encima de lo planificado.
Y no solo se limitan a esto, sino que son de las CCS mayores productoras de carne de cerdo del territorio, con más de 650 toneladas entregadas en el año que recién concluyó. Ellos están insertados en el movimiento de frutales, con un proyecto de desarrollo y, previo al Congreso, experimentarán con la siembra de 112 hectáreas de sorgo, cultivo en el que han logrado elevados rendimientos.
La cooperativa, integrada por 79 fincas, cuatro de estas con la condición de Referencia Nacional, obtuvo en 2014 ganancias por encima de los 123 mil pesos, con un costo por peso de 0,75. Para 2015 aspiran a elevar las ganancias y distribuir sistemas de riego entre los campesinos para elevar los rendimientos y cumplir la meta de llegar a las 500 toneladas de granos. Y no renuncian a contar con una minindustria, aunque ya algunos campesinos elaboran conservas y otros productos de forma artesanal en sus fincas.
Apuesta por el relevo
De los más de 200 asociados apenas unos 16 son jóvenes; por eso la prioridad que conceden a la incorporación de muchachos y que una de las metas para llegar al Congreso sea la de constituir en el centro un comité de base, pues tienen potencialidades.
Según Valenzuela González, cuentan con jóvenes como Yasmany González, quien cumple disciplinadamente con sus planes de entrega de leche, granos y carne de cerdo. «Él trabaja junto a su padre Lázaro, y su finca es ejemplo de producción».
También Yasmany Díaz, pese a su juventud, sobresale entre los productores porcinos de este centro, de modo que en la CCS va formándose poco a poco el relevo. Por lo pronto, entre todos los asociados buscan mejorar su entorno y elevar los volúmenes productivos, para llegar al Congreso con la casa lista.