Yaimara pretende llegar a todos en su CDR tomando en cuenta las diferencias de cada cual. Autor: Otoniel Márquez Publicado: 21/09/2017 | 06:02 pm
ARTEMISA.— Desde los cinco años Yaimara Capetillo Rodríguez conoció los hospitales. A esa edad le fue extirpado el vaso y comenzó un tratamiento que la obligó a permanecer inyectándose medicamentos hasta los 18. Pero lejos de temerles a médicos y a centros de salud, la muchachita cambió sus juegos y solía ser la doctora de sus muñecas primero, para luego estudiar Medicina y curar a quienes, como ella misma, precisaran de la ayuda de un galeno.
Con mucha constancia en el estudio, en el año 2004 esta joven, natural de La Rafaela, un poblado cercano a la comunidad de Las Cañas, perteneciente a Artemisa, se graduó de Medicina y comenzó a trabajar en un consultorio médico, pero al poco tiempo fue llamada para incorporarse a una misión internacionalista en la hermana República de Venezuela.
«En 2013, después de tener a mi niño, terminé la especialidad en Medicina Física y Rehabilitación. Desde entonces he laborado en la sala de Rehabilitación del poblado Lincoln, y después en la dirección del policlínico Adrián Sansaricq, ubicado en la cabecera provincial».
Pero la joven prefirió volver a ejercer la especialidad y así comenzó hace pocos días a trabajar en la Sala de Rehabilitación Integral Ernesto P. Milián, en Las Cañas, de modo que en pocos días su vida ha dado un giro, porque, además de un trabajo nuevo, ha asumido este año la presidencia del CDR 1 en la zona 23 del municipio de Artemisa.
«Me sorprendió la elección, porque estuve mucho tiempo desvinculada de las tareas cederistas a causa de mi misión. Además, hace apenas un año vivo en este lugar y ya confiaron en mí para representarlos, pero es una cuadra pequeña, muy tranquila, con vecinos maravillosos que se involucran en las tareas».
También durante la Asamblea, efectuada el 12 de enero como parte del proceso político y de fortalecimiento de los CDR en su aniversario 55, Yaimara fue seleccionada precandidata a integrar el Destacamento Juvenil 55 Aniversario, un orgullo que la compromete a trabajar más.
«No tengo experiencia como dirigente, aunque he sido secretaria en núcleos del Partido de centros en los que he laborado, pero creo que, con el apoyo de los vecinos podremos hacer grandes cosas en el barrio, en función de mejorar la calidad de vida y preservar la tranquilidad ciudadana».
Consciente de que el CDR agrupa a varias familias y que estas son las células fundamentales de la vida en sociedad, Yaimara pretende llegar a todos tomando en cuenta las diferencias de cada cual. «Todos tienen características diferentes, pero para lograr resultados y comprometer a las personas en una meta común hay que ser ejemplo primero y después atender a cada uno, oírlos y demostrarles interés por resolver sus problemas».
«Si en el barrio existe armonía se puede lograr todo lo que uno se proponga y llevar cultura, deporte, recreación y salud. Se trata de crear en ese pequeño espacio un clima de respeto y ayuda mutua donde todos interactúen en bien de la colectividad».
En este nuevo empeño de intentar ser, a la vez, buena profesional, buena madre para su pequeño hijo Wilmer, y buena presidenta de su CDR, anda esta joven que ha sabido ganarse en poco tiempo el respeto de quienes le rodean, tareas nada fáciles, pero en las que cada día da lo mejor de sí.