Estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad de Oriente salieron a las calles de Santiago de Cuba a festejar la presencia en la Patria de los Cinco. Autor: Rovier Mesa Rodríguez Publicado: 21/09/2017 | 06:00 pm
Primero fue el rumor. Cuba —informaba Telesur— había excarcelado, basadas en razones humanitarias, al subcontratista norteamericano Alan Gross y la gente deducía que algo grande se avecinaba. Solo habría que esperar hasta las 12:00 del mediodía, cuando por todos los canales nacionales y al unísono con una declaración del mandatario estadounidense Barack Obama para su país, el Presidente cubano Raúl Castro daría una noticia.
Y lo hizo. A esa hora, por toda la Isla, en las salas de los hogares, en las oficinas con televisores y en los carros y guaguas con reproductores radiales se escuchó: Gerardo, Ramón y Antonio volvieron a la Isla y se ha acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.
¡Volvieron!, repetían las personas en las calles, se contaban por teléfono, y todavía había quienes no podían creer que la batalla de 16 años por el regreso de los antiterroristas había terminado.
Alto y claro
«¡C..., ya era hora!», dijo. Y se acomodó el sombrero y se le inflamó la mirada a esa hora del mediodía.
Fue una reacción instantánea. Entendible. Rogelio Castillo, un ganadero de 51 años de la granja Cupeycito (en Jiguaní, Granma), había sido uno de los muchos... de los millones que se hicieron sangre y carne de los Cinco en estos largos años de espera; y la noticia le pareció un relámpago tremendo en medio del monte.
Los periodistas que lo entrevistábamos, viéndole el gesto, la sorpresa... la alegría, comprendimos mejor en ese momento el poder de las historias humanas, que logran unir el alma de una nación en torno a ellas, despertar sentimientos, sacar palabras bien cubanas.
Fue fácil adivinar que en Cuba, este 17 de diciembre, habían aflorado muchos, muchísimos Rogelios y muchísimas otras palabrotas… de alegría.
Más allá, en Guantánamo, el becario Akin Abdala Falen, presidente de la Junta de Naciones de la Facultad de Ciencias Médicas, ofreció sus impresiones a JR: «Esta victoria no solo es de Cuba sino de nuestras naciones. Haber contribuido a este resultado es una manera de saldar la deuda que numerosos países tenemos con la Cuba revolucionaria», comentó en referencia a los integrantes de su comunidad, quienes constituyeron decenas de comités de solidaridad por el retorno de los Cinco.
Un futuro médico, Humberto Hodelín Maynard, de 24 años de edad, y que conoció a René y a Fernando, nos dijo: «La noticia me sorprendió. Estaba realizando mi consulta cuando recibí en mi celular la grata noticia del regreso de los héroes y el acuerdo del restablecimiento de las relaciones. Eso podría tener un impacto directo en nuestra labor si se elimina el bloqueo, que provoca la carencia de medicamentos que forman parte del protocolo de atención de numerosas enfermedades».
En Las Tunas las reacciones fueron similares. En el canal territorial TunasVisión, mientras Raúl estuvo en pantalla no se escuchó ni el zumbido de una mosca, pero tan pronto concluyeron sus palabras, hubo un estallido de júbilo entre periodistas, editores, luminotécnicos, choferes, camarógrafos, presentadores, trabajadores de servicio…
Aires de fiesta hubo en las calles de toda Cuba, donde se derrochó originalidad. Foto: Rovier Mesa Rodríguez.
Afuera, la ciudad vibraba de alegría. En casas, centros de trabajo, paradas de ómnibus, mercados… no se hablaba de otra cosa. «Volverán», había dicho Fidel. Y volvieron.
Isla adentro
«Es un cumpleaños de mucho honor, alegría y compromiso con nuestra historia y la Patria, porque ¿qué mejor regalo para el aniversario 92 de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que recibir tan próximo al día de su fundación a los héroes cubanos», declaró Yosvani Alberto Montano Garrido, presidente del Secretariado Nacional de la FEU, quien se encontraba en la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz (UCIAL), sede de las actividades centrales por el aniversario de la FEU, fundada el 20 de diciembre de 1922.
«Será una fiesta de reafirmación, compromiso y responsabilidad con nuestro proceso histórico; y no habrá un aula universitaria en todo el país que no festeje su nuevo aniversario y la liberación de nuestros hermanos», aseveró Montano Garrido.
Precisamente durante un intercambio sostenido entre el escritor Enrique Ubieta y Raúl Capote, ex-agente de la Seguridad del Estado, con estudiantes y profesores del centro de altos estudios, se conoció la noticia de la liberación. «Los tres prisioneros han sido liberados», dijo Ubieta que René González había escrito en su blog, y estallaron los gestos de alegría.
Yunielkis Naranjo Guerra, presidente de la Asociación Hermanos Saíz en la provincia, nos narró: «Aquí lo primero que hicimos fue abrazarnos y luego del impacto por la sorpresa nos reunimos, encendimos los televisores, y esperamos las palabras del General de Ejército Raúl Castro Ruz», comentó.
Los jóvenes artistas dedicaron a los Cinco Héroes la Feria de creadores Golpe a Golpe, a realizarse del 22 al 28 de diciembre, «por ser ellos un ejemplo vivo y cercano de resistencia y de amor infinito a nuestra Cuba», declaró Naranjo Guerra.
«¡Esto sí es un regalo de fin de año!», fue una frase popular en Ciego de Ávila. Así lo sintió Francisco Gómez Gómez, custodio de la sucursal ITH, cuando escuchó la confirmación del regreso de Gerardo, Antonio y Ramón.
En Pesquería, donde reside en el municipio de Baraguá, Frank —como se le dice familiarmente— cuenta la expectativa en el poblado al conocerse la excarcelación de Alan Gross en horas de la mañana de ayer, junto al anuncio de que al mediodía Raúl se dirigiría al pueblo para comunicar una noticia importante.
«Se empezaron a encender los televisores —cuenta—. Había mucha expectación, la gente comentaba entre los patios y decía: «¿Los van a soltar o no?» «Tienen que hacerlo».
La tensión creció y exactamente a las 12:00, cuando Raúl empezó a hablar y anunció que los tres estaban en Cuba, Pesquería retumbó en un aplauso. Frank sintió que la cara se le encendía; pero el momento mayor fue cuando transmitieron la imagen de Fidel en aquel discurso, cuando prometió: «¡Volverán!». Al escucharlo, él sonrió. Sintió que los ojos se le humedecían y que alguien preguntaba: «¡Eh!, ¿y a ti qué te pasa?». Frank respiró como si tuviera coriza. «Nada —pronunció con su voz ronca—. No me pasa nada». Volvió a resoplar y dijo: «Son cosas de uno».
Cinco palmas
En Soplillar, Matanzas, la buena nueva sacudió al poblado. Se supo de la victoria precisamente allí donde el aire que se respira es de victoria. Los cenagueros pasaban de casa en casa comentando el regreso de las tres palmas que le faltaban a la Isla y que con orgullo e hidalguía recibimos este miércoles.
Artemisa no vivió la jornada de manera muy diferente, porque las alegrías multiplicadas tienen ese efecto. José Almeida, desde la base de taxis, dijo estar muy emocionado con el comunicado del Presidente, porque «traza un nuevo camino entre ambas naciones», en tanto desde las redes sociales la alquizareña Marta Elina Jauma de inmediato compartió la noticia con sus amigos de Facebook, y llamó a todos sus conocidos, para que nadie estuviera ajeno a la llegada de los Cinco.
Desde horas de la tarde de ayer, en plazas y parques del territorio, niños, jóvenes y adultos comparten el entusiasmo de tener en casa a estos valerosos hombres.
También esperan que René González pueda cumplir la promesa que hizo de regresar con sus cuatro hermanos al Mausoleo a los Mártires de Artemisa para rendirles tributo, pues fueron jóvenes como estos —recordó entonces— quienes inspiraron a los Cinco en su postura digna ante los fiscales implacables.
A las 12:00 del día se dio la noticia, poco después de las 8:00 p.m. se transmitieron las imágenes. Y entonces los vimos, vimos a Ramón y a Gerardo besando apasionados a sus esposas, y a Tony fundido en un abrazo familiar que parecía cortarle la respiración pero no las ganas. Éramos millones de cubanos y cubanas, sentados frente a nuestros televisores, emocionados.