Rafael Correa, presidente de Ecuador, en la II Cumbre de CELAC. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 05:44 pm
Los hombres se dividen en dos bandos, los que aman y fundan, y los que odian y deshacen, recordó el presidente Rafael Correa al dirigirse a los mandatarios presentes en la II Cumbre de la Celac, para lamentar la ausencia de dos de los grandes hombres que aman y fundan, Néstor Kirchner y el Comandante Hugo Chávez Frías.
El presidente ecuatoriano hizo un llamado a ser lo más ágiles posible en la integración de nuestro continente, ya que solo la integración de nuestros pueblos nos hará libres del nuevo colonialismo al cual los países hegemónicos e imperialistas y las clases dominantes quieren someternos.
Dijo que la única forma de resistir y liberarnos del imperio del capital es la integración y que unidos serán nuestros pueblos los que impongan las condiciones a este; pero separados, por el contrario, será el capital quien someta a nuestras naciones.
Afirmó que las expresiones del colonialismo no han concluido aún, todavía se mantienen, solo que esta vez no son los colonialistas bárbaros en carabelas, sino los grandes capitales respaldados por los medios en función de los intereses privados.
Al hacer referencia al Sistema Interamericano de Derechos Humanos criticó a este mecanismo financiado y administrado por los Estados Unidos, país que no es firmante del tratado de San José y que se vale de este para intervenir y manipular a nuestros pueblos.
Por ello, Correa reiteró la necesidad de que vayamos creando nuestros propios mecanismos, para que una vez liberados de los poderes hegemónicos, pueda ser completamente libre nuestra América latina.
El dignatario califico la integración como arma para vencer la pobreza y aludió al mal papel desempeñado por la Organización de Estados Americanos, al permitir un descarado colonialismo en las Islas Malvinas, pertenecientes por derecho a la hermana República Argentina. Parafraseó al líder cubano Fidel Castro, calificó a este organismo, más que como una organización regional, en un ministerio de las colonias.
El mandatario ecuatoriano hizo énfasis en diversos problemas de Latinoamérica a los cuales su país tiene propuestas concretas. Aludiendo a los círculos de poder dijo que ellos se creen que nadie los puede cuestionar, y hablan de libertad de expresión poniendo como paradigma a sus medios, pero para nuestros países la verdadera libertad de expresión se deriva en libertad para el pueblo y no libertad para el capital.
También hizo referencia a los daños que la trasnacional Chevron causó en la Amazonía ecuatoriana y a los métodos de los que esta se ha valido para presentar sus denuncias a instancias que no están a favor de la justicia sino de los más fuertes, para no asumir sus responsabilidades con la contaminación ante el Gobierno ecuatoriano.
Correa agradeció a los mandatarios y al pueblo cubano por la acogida y hospitalidad y concluyó su discurso leyendo el concepto de Revolución que diera el Comandante en jefe Fidel Castro.
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