Las bebidas energéticas contienen altas dosis de cafeína, azúcar, vitaminas, hierbas y otros componentes como la glucuronolactona, etiquetados como estimulantes. De este último se registra en la bibliografía consultada que fue empleada como una droga alucinógena en la guerra en Vietnam para calmar el estrés de las tropas estadounidenses. Su consumo provocó migrañas, tumores cerebrales y enfermedades del hígado en los soldados, por lo que se eliminó su uso.
Diversos nutricionistas y médicos han advertido sobre el consumo irresponsable de las bebidas energéticas. Ingerirlas si después no se realiza ejercicio físico o mezclarlas con el alcohol son de los errores más frecuentes y peligrosos pues, según los expertos, el ritmo cardiaco se acelera y al corazón le cuesta menos bombear la sangre, lo cual puede derivar en un infarto o en una hemorragia cerebral.
No se trata de emprender una batalla campal contra la ingestión de las bebidas energéticas, aseguran, pero sí de conocer los efectos que sobre nuestro organismo puede tener su consumo regular o irresponsable.