CIENFUEGOS.— El Prado de esta ciudad se queja algunas noches, entonces, sin más remedio, los gritos se diluyen entre las edificaciones y el mar. El obelisco dedicado a Justo C. Antonio Méndez Aguirre, otrora uno de los mayores benefactores de Cienfuegos, y otros a lo largo del paseo, son agredidos por quienes tal vez no conozcan sus historias. La corona, las manos y el mango del yunque del mencionado monumento quedaron desnudos ante el tiempo.
Alumnos de la Escuela de Oficios, junto a especialistas de la Oficina del Conservador en la Perla del Sur, ayudan a mantener a salvo la memoria histórica. Restañar los daños de estos monumentos es una de las misiones fundamentales de dichas instituciones. En un tiempo aproximado de dos meses completaron cada uno de los arreglos.
Leonor Pastrana Tapia, jefa del Departamento de Investigaciones Históricas en la Oficina del Conservador, explicó sobre las especificidades de la remodelación: «el conjunto es de mármol blanco y las reposiciones se realizaron en cemento blanco y marmolina. Primeramente hicimos un modelado en cera de los faltantes, con el cual se hizo un molde en yeso para vaciar en él una solución de cemento y polvo de mármol. Por último, se obtuvo una figura que permaneció 28 días fraguando en agua para que obtuviera dureza».
La Oficina del Conservador mantiene un cronograma de trabajo que prevé restaurar los demás monumentos de Cienfuegos en la medida en que se deterioren. El conjunto escultórico del Apóstol que descansa en el parque central José Martí, ya fue trabajado y próximamente lo harán con el obelisco dedicado a los mártires de la Independencia, también ubicado en el paseo del Prado.