El circo fue una de las atracciones de la temporada estival. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
A pesar del gran esfuerzo realizado durante los meses de verano recién dejados atrás, todavía quedan muchas insatisfacciones en el tema alusivo al esparcimiento. El concepto fue compartido este martes por el vicepresidente del Consejo de Estado, Esteban Lazo Hernández, durante un encuentro con instituciones y organismos que cada año asumen la responsabilidad de tributar recursos e iniciativas a una temporada nada fácil, llena de expectativas y demandas.
La jornada tuvo como eje central la valoración de todo lo que se hizo durante el verano del presente año. El Vicepresidente cubano resaltó que no obstante el largo trecho que queda por andar —pues «siempre habrá insatisfacciones en un tipo de trabajo como este, que tanto tiene que ver con la calidad de vida y la dimensión espiritual de las personas»—, es justo reconocer la labor ascendente, en relación con otras etapas, por parte de las entidades responsables.
Lazo reconoció que este año las instituciones lograron llegar a más lugares de Cuba, y que se ha acumulado experiencia y capacidad de cohesión que valdría la pena aprovechar no solo para lo que va quedando de 2012, sino para un futuro mediato.
Una exposición detallada sobre las actividades de la temporada estival subrayó mayor amplitud y alcance en los movimientos culturales y deportivos, y un esfuerzo que todavía debe acrecentarse desde espacios determinantes para la recreación como las Casas de Cultura y los cines a nivel de municipio.
Lazo exhortó a rescatar y defender esos ámbitos llenos de potencialidades. «En medio de múltiples dificultades materiales y de los cambios económicos que vive y vivirá el país —expresó—, no podemos descuidar la subjetividad, lo espiritual como elemento importante para la calidad de vida de las personas».
Durante el análisis fueron mencionadas las giras artísticas (más de 6 400), el esfuerzo de las salas de televisión y de video, la labor de los instructores de arte y promotores culturales a lo largo de la Isla, como fuerzas que dieron vida a los días del verano.
Entre las actividades de mayor impacto se hizo referencia a La noche de los libros, en todo el país, a la presentación de bandas de concierto en todas las provincias, y a las celebraciones por el Día de los Niños, el Día de la Rebeldía Nacional, y el Día Internacional de la Juventud.
Las bibliotecas, escuelas, los Joven Club de Computación, las aulas universitarias donde se impartieron cursos de verano, y las Casas del Joven Creador, conformaron escenarios desde los cuales se propuso a cubanos de todas las edades emplear sana y creativamente el tiempo.
Sobre las metas que no se alcanzan, sobre adversidades de disímiles envergaduras, sobre aquello que parece tarea imposible, el también miembro del Buró Político del Partido comentó a los presentes, en clara referencia a ese cambio de mentalidad del que tanto se habla y que es tan necesario interiorizar en la hora actual de Cuba:
«La vida demuestra que la capacidad que tenemos para hacer es enorme. Pero si nos ponemos a darle vueltas a los problemas no hacemos las cosas. Siempre hay que dar un primer paso a pesar del tamaño de los problemas, para comenzar la solución. El país necesita ese estilo de trabajo».
De los recursos materiales, esos que necesita cada institución para acometer su rol esencial, predominó el concepto según el cual, lo que esté disponible en el país ha de llevarse con agilidad al principal destinatario, el pueblo.
Muchas veces, como expresó en el encuentro Víctor Gaute, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, la ausencia de determinadas condiciones materiales se debe a deficiencias en lo subjetivo, como la falta de previsión. «Cada vez nuestro pueblo exigirá más por un verano mejor —comentó—; por eso debemos trabajar para que la economía cuente con una mayor capacidad de prever».
Gaute abogó por «seguir fortaleciendo la disciplina ciudadana y el cumplimiento de la ley, algo que no solo corresponde a la etapa del verano. Para ello contamos con la fuerza y conciencia necesarias», explicó.
Una idea martiana sirvió para cerrar el análisis: disciplina es triunfo. A propósito, Esteban Lazo destacó el valor estratégico que tiene para la defensa de la Revolución priorizar la eficiencia, la tranquilidad y el bienestar de la ciudadanía. «La indisciplina, no hacer bien las cosas, nos afecta en todo. A veces se comete por ignorancia, y otras, con toda intención, para malograr el buen estado de ánimo, algo a lo que apuestan nuestros enemigos.
«Nos toca trabajar, en medio de un mundo violento y en crisis, para que no predomine el descontento, sino todo lo contrario. Nos toca luchar contra las dificultades, contra todo lo que nos afecte y desanime; es la única forma de ser mejores y seguir adelante».