Al mediodía del pasado 31 de diciembre se habían cortado unas 160 toneladas de caña. Autor: Yahily Hernández Porto Publicado: 21/09/2017 | 05:16 pm
CAMAGÜEY, Sibanicú.— El 31 de diciembre es sentido y vivido por muchos como el «día de días». La familia, amigos cercanos… festejan muy unidos la llegada del nuevo año. Con motivo especial los cubanos además celebramos desde 1959 el advenimiento de un nuevo aniversario del triunfo de la Revolución.
Entre risas, bailes, lechón asado, la típica yuca con mojito, arroz congrí… muchas familias se preparan para vivir horas de felicidad multiplicada. Pero no todos celebran los días y horas finales de año de esa manera, pues otros deben hacerlo cumpliendo con sus responsabilidades laborales o profesionales.
Jóvenes de este territorio estuvieron muy juntos esta vez en el campo, donde la caña de azúcar esperaba por las «mochas», y con estas los brazos de un buen grupo de hombres y mujeres, que lejos de los suyos permanecieron ininterrumpidamente frente a las cortadoras, ruedas dentadas y laboratorios del antiguo central Siboney, hoy unidad empresarial de base (UEB) Atención al Productor Cañero Siboney, y UEB Industria Siboney, en el municipio de Sibanicú.
Calor y melado
Allí donde el calor que desprenden las maquinarias del Siboney o donde el sol intenso pica en medio del cañaveral este diario departió con jóvenes trabajadores que laboraron horas intensas en una de las tareas que bajo ninguna circunstancia interrumpe su proceso productivo: la zafra azucarera.
«De aquí no hay quien se mueva, porque una gota de guarapo que se pierda en las bandejas es azúcar que se deja de producir. Aquí el guarapo es tanto que si te descuidas, en un pestañar puedes botar mucha azúcar, por eso no nos movemos», comentó Rafael Urones, obrero de 21 años, que este 31 llegaría a su casa muy tarde en la noche.
La historia de Rafael no es la única, pues cerca de un centenar de jóvenes trabajaban en la UEB Industria Siboney. Una de esas féminas, treintañera, que por más de seis años ha permanecido cada 31 de diciembre frente a la detección de la humedad real del azúcar, es la técnica Yamilet Collado, inspectora del proceso.
«Gramo a gramo se examina y pesa la humedad del producto. No puedes equivocarte, porque de estos exámenes depende la calidad y eficiencia del producto. O sea, los múltiples y variados análisis se efectúan ininterrumpidamente durante todo el proceso azucarero», comentó la joven, que también es madre, quien junto a sus compañeras Suraimy Moya y Osdalgis Cutiño estaban muy atentas a cada granito de azúcar.
«Sin la presencia de los jóvenes no habría molienda, porque ellos conforman una fuerza estable que permanece durante el día y la noche, en dos turnos de trabajo, en las diferentes labores que exige este proceso productivo», comentó Félix Cambas Almendrares, director de esta UEB.
Y en el campo...
Desde unos 50 kilómetros a la redonda del Siboney los obreros de la UEB Atención al Productor Cañero Siboney «tiraban» surcos completos de caña en las carretas, que luego se trasladarían hasta la industria.
En un lugar llamado Palma Hueca, en el que el intenso sol del mediodía del pasado fin de año picaba, cientos de obreros de la UBPC El Entronque (Siboney), así como en los diferentes puestos de trabajo: cocineros, novieros, operadores de combinadas y de tractores, arrimadores, obreros de aseguramiento, recogedores, computadores, cargadores, auxiliares de cosecha y mecánicos no paraban de llenar las carretas, una tras otra, de trozos de cañas.
«El corte es durante el día y la noche; mientras hay caña hay que picarla como sea», comentó Yurisander Acido, técnico de cosecha del pelotón Ernesto Che Guevara.
Es que el antiguo Central Siboney está moliendo durante la presente «zafra chica». Solo hasta el cierre de este reportaje, justamente al mediodía del pasado 31 de diciembre, los hombres de este pelotón habían cortado unas 160 toneladas, refirió Ramito Barceló, administrador de la UBPC.
Zafra joven
Juan José Rodríguez, secretario del Comité Azucarero de ambas UEB en Sibanicú, informó que unos 130 obreros se encuentran vinculados a la cosecha, y que de ellos casi el 50 por ciento son jóvenes que integran los cinco pelotones de combinadas; este grupo supera diariamente las 12 horas de trabajo, en rotaciones de dos turnos.
Contó cómo los jóvenes en el territorio se han incorporado paulatinamente a esta labor agraria: «Hemos incrementado en más de 20 la fuerza juvenil, sobre todo en la actividad de corte mecanizado, lo que pone en una mejor situación la estabilidad y continuidad de la fuerza y actividad laboral», destacó el directivo, con más 30 años de experiencia en el sector azucarero.