Antes del primero de enero de 1959 en Cuba no existían centros para la atención de pequeños con deficiencias físicas y mentales. A partir del triunfo revolucionario tienen lugar cambios sustanciales en la Educación Especial.
Hacia 1962 el país encauza sus esfuerzos a la atención organizada, masiva y sistemática de niños con necesidades educativas especiales. Para esta fecha se crea el Departamento de Enseñanza Especial. El mismo pretendía garantizar que cada infante pudiera valerse por sí solo e incorporarse a la vida activa en la sociedad. Manteniendo esta premisa, en la actualidad, incluso, pueden acceder a estudios superiores dentro de sus posibilidades reales.
La Educación Especial funciona como un subsistema de la Educación General. Este tipo de enseñanza atiende a escolares sordos, hipoacúsicos, ciegos, débiles visuales, estrábicos, ambliopes, autistas, con retraso mental, trastornos en el lenguaje y la conducta, y limitaciones físico-motoras.
Un niño que ingresa a la Educación Especial es atendido en diferentes Centros de Diagnóstico y Orientación (CDO), que reúnen a especialistas capacitados para dicho encargo social.
Los planes de estudio de estas instituciones, además de dar cumplimiento a las actividades docentes, contribuyen a reducir o compensar el defecto que presentan los pequeños.