Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial se reunió con los jóvenes participantes en el XII Encuentro Internacional de Estudiantes de Economía. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 04:55 pm
La urgencia de enfrentar el cambio climático desde la búsqueda de soluciones de fondo, la alternativa que suponen las energías renovables, el reto que significan el crecimiento urbano y la aumentada emisión de gases contaminantes, así como la plataforma de lucha que demandan crear estas urgencias fueron abordados en la penúltima jornada del XII Encuentro Internacional sobre Globalización y Problemas del Desarrollo.
Desde el panel Energía, cambio climático y desarrollo se trataron —desde diversas visiones— algunas de las problemáticas más complejas que genera esta dimensión de la crisis, y se hicieron propuestas concretas para avanzar en el largo y urgente camino de salvar al planeta.
Desde Argentina, Ernesto Quiles, representante del Ministerio de Ciencia y Tecnología, hizo un llamado a los mecanismos de integración de América Latina para financiar proyectos propios que permitan desarrollar en nuestros países la energía renovable. Ello evitaría comprar las tecnologías ofertadas a altos precios por los países desarrollados.
Quiles reconoció que las energías renovables son en estos momentos muy costosas, por lo que se necesitan fuertes inversiones para su introducción y utilización. Incluso, para implementar solo un 20 por ciento de su uso, indicó.
«Si llegamos a un 40 por ciento, ese sería un escenario revolucionario», estimó. Pero, para lograrlo, como se dice en Argentina, «hay que poner toda la carne en el asador».
Por su parte, Gian Carlo Delgado, de la Universidad Nacional Autónoma de México, defendió la importancia de pensar qué modelo de desarrollo estamos usando y la necesidad de un cambio en los alocados patrones de consumo, los cuales se reflejan en la creciente demanda de energía.
Según Gian Carlo, las medidas que muchas veces promueven los gobiernos para frenar el cambio climático no atacan dichos patrones, sino son mero maquillaje. A su juicio, es vital la implementación de proyectos que estimulen las economías locales y se ajunten al contexto nacional y regional.
Se refirió también el mexicano a la gran brecha que separa la construcción del espacio urbano para los ricos y para los pobres, y el modo dramático en que aumentan las ciudades periféricas como resultado de las migraciones. Como ilustró en su intervención, las ciudades consumen 2/3 partes de la energía mundial y generan 4/5 de los gases de efectos invernadero. El aumento de la población y el surgimiento de mega-ciudades plantean un gran reto, mientras —como acotó una de las participantes en el debate—lo más triste es que ello no significa que quienes viven en los tugurios consuman más, sino que son los ricos quienes siguen aumentando sus irracionales patrones consumistas.
Por su parte, el representante del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Orlando Rey Santos, ratificó la inviabilidad del capitalismo como modelo de desarrollo y criticó el divorcio actual entre las consideraciones económicas y las ambientales.
El especialista recordó el fracaso de Copenhague y la influencia que tuvo esa reunión en el proceso de desmontaje de la negociación sobre cambio climático, lo cual, dijo, tiene que ver con matrices ideológicas ligadas a urgentes cambios de patrones de desarrollo. Pero, a pesar de lo ocurrido en la capital danesa, estimó, «el cambio climático proporciona una plataforma para la lucha» por ser un punto de comunicación entre intereses distintos.
«Tenemos que trabajar más en la ciencia y en la política», afirmó Rey Santos, quien también subrayó la necesidad de crear agendas prácticas para avanzar, así como desarrollar y difundir ideas.
Sobre la estrategia de la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático disertó en el panel Angel Angelidis, consejero a cargo de los problemas agroalimentarios y forestales del Parlamento Europeo.
«Todos los países deberían tener planes concretos de energía limpia», afirmó el consejero europeo, quien también agregó que un acuerdo entre las naciones sobre el tema debería promover el desarrollo. Asimismo, mencionó la necesidad de transparencia y supervisión efectiva, así como de medidas urgentes para investigación, capacitación y educación.
Otras intervenciones ratificaron la oposición al uso de la superficie agrícola para la producción de biocombustibles, por su repercusión en la «inseguridad» alimentaria.
No se cae solo
Para muchos, la coyuntura de la crisis significa un desafío teórico para quienes apuestan al socialismo como salida, y en cuya concreción tienen inobjetable peso los movimientos sociales.
La integración es esencial porque las soluciones serán globales, alertó el estudioso argentino Julio Gambina, quien opinó que la crisis es una oportunidad para las clases dominantes —si oxigenan al capitalismo—, pero también «para nosotros». El capitalismo en crisis no cae solo, exhortó.
En otro panel enjundioso, el prestigioso intelectual Atilio Borón llamó precisamente a descartar las interpretaciones falsas de que el imperio será menos agresivo por estar en decadencia, y advirtió que estando en América Latina la primera fuerza contestataria, Washington está obligado a «reordenar» el que fue su traspatio, lo que pasa por el control territorial sobre este, la reconstitución de la derecha regional y el hostigamiento a los movimientos progresistas.
En tal sentido, Borón aseveró que la Venezuela de Chávez es objetivo inmediato de esos centros de poder para, desde el punto de vista geoestratégico, reobtener el perdido corazón de Sudamérica, allí donde están el agua, los recursos minerales y la rica biodiversidad que sustentan la vida de sus grandes empresas.
El ex secretario general del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) consideró que en los intentos contra la Revolución Bolivariana aquellos no descartan el magnicidio, o una variante «a la hondureña», para lo que sería necesario que la virulenta oposición venezolana desplazara a los chavistas y obtuviera mayoría en la Asamblea Nacional, lo que señala la trascendencia de las elecciones legislativas del próximo septiembre.
También sesionó este jueves el XII Encuentro Internacional de Estudiantes de Economía. En intercambio con los jóvenes, Osvaldo Martínez, director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial, ratificó los criterios de quienes, en el espacio diverso que es el foro sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, consideran que no hay razones para pensar que la crisis esté resuelta, como pretenden hacer valer los poderosos. Trescientos millones de nuevos pobres y casi 90 millones de desempleados dan cuenta del costo social y humano de la crisis, señaló Martínez, quien vaticinó que la recuperación será lenta, sin que esté definido todavía el carácter político que tendrá la salida.