No tienen que soñar con duendes, porque lo son ellos mismos. Los desajustes de la vida quisieron hacerles triste la existencia, pero un país que los ama y protege les devuelve el sortilegio de la felicidad.
Entre risas, juegos, canciones, bailes y poesías disfrutaron a plenitud su fiesta por el Día Internacional de la Infancia.
Este sábado la celebración tuvo réplica en todo el archipiélago para quienes habitan ese espacio de cariño y sensibilidad infinita que son los hogares de niños sin amparo filial.
Así ocurrió en el Presencia de Lenin, del municipio de La Lisa, en Ciudad de La Habana, hasta donde llegó la fiesta, coordinada por la Organización de Pioneros José Martí (OPJM).
En la actividad participaron el Proyecto Mi muñeco y yo, y el payaso Pititi, dirigidos por el Complejo Pioneril Nené Traviesa, de la Casa de Cultura Julián del Casal, de La Habana Vieja, además de niños y Profesores Generales Integrales (PGI) de la comunidad.
La directora de la institución, Ana Rosa Tarraza, informó que en el centro hay 20 infantes de entre seis y 17 años de edad, de ellos 12 varones y ocho hembras, que asisten a la escuela más cercana.
Dos de las adolescentes de esta casa, de 17 años cada una, que optaron por estudiar como profesoras de Secundaria Básica, dicen sentirse muy alegres y satisfechas por haber escogido esa especialidad.
Los pequeños manifestaron su agradecimiento por el cuidado y amor recibido en este hogar, en el que sienten que han renacido.