Reveló Adolfo Pérez Piñeiro que la agricultura cubana trabaja actualmente en el completamiento del parque de colmenas para recuperar las pérdidas dejadas con el paso de los huracanes Ike, Gustav y Paloma
Un total de 34 000 colmenas dañadas y 10 500 destruidas totalmente fue el saldo que los huracanes Ike, Gustav y Paloma dejaron a la apicultura cubana en el año 2008, reveló Adolfo Pérez Piñeiro, director del Centro de Investigaciones Avícolas, durante el III Congreso Cubano de la rama que sesiona en esta capital.
Según explicó el especialista, el azote de los tres fenómenos atmosféricos en un período breve transformó negativamente el escenario apícola, pues causaron las mayores afectaciones jamás sufridas por la vegetación silvestre en una sola estación.
«Normalmente se afecta una provincia o un territorio limitado —explicó—, pero en esta oportunidad los daños alcanzaron todo el país y la combinación de lluvias y vientos intensos produjeron además de la destrucción física de las plantas, un estrés que hizo colapsar la cosecha de miel del cuarto trimestre, con repercusión en el comportamiento de las floraciones a inicios de 2009.
«No obstante, la agricultura cubana apuesta por el desarrollo apícola, y trabaja actualmente en el completamiento del parque de colmenas para recuperar las pérdidas y crecer hasta llegar a las 200 000 unidades.
«También intensificamos la cría de reinas en centros certificados, para alcanzar una cifra que permita el cambio anual de abejas reinas de todas las colmenas; continuamos capacitando a los apicultores y perfeccionando los sistemas de calidad de acuerdo con las exigencias internacionales».
Paralelamente al III Congreso Cubano de Apicultura se celebra además el II Encuentro Latinoamericano de Apicultores, donde participan alrededor de 300 delegados de más de diez países.