La Brigada de Instructores de Arte José Martí posee hoy más de 16 000 miembros, los cuales ejercen su labor formadora en 8 500 centros distribuidos en todo el país, trascendió en un panel sobre la cultura cubana en Pedagogía 2009. Lisette Ametller Estévez, presidenta de la brigada, reveló a los participantes que desarrollan su labor en cuatro especialidades: danza, teatro, música y artes plásticas. «Nuestros instructores de arte —explicó— son profesionales dirigidos a formar públicos, no artistas. Están diseminados en todo el territorio nacional, y el municipio que menos tiene es el de Ciénaga de Zapata, que cuenta con 12. Incluso, hay muchachos que atienden más de una escuela, pues existen centros con matrículas muy pequeñas, de cinco y hasta de un alumno solamente.«En nuestra preparación hemos recibido clases de los mejores pedagogos del país, tenemos ya eventos propios y hasta un festival artístico». Abel Prieto Jiménez, ministro de Cultura, expresó que uno de los principios de la política cultural cubana es la democratización de los procesos culturales, que tuvo su comienzo desde la misma campaña de alfabetización. «La Revolución se ha preocupado tanto por la creación como por la recepción de la cultura. Hemos tratado de formar un lector y un espectador culto. Para ello se crearon, en 1959, instituciones tan importantes como la Imprenta Nacional, el Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos y la Casa de las Américas. «Igualmente, nuestra premisa ha sido siempre la de masificar la cultura sin promover la seudocultura ni los productos mediocres. La idea es que la cultura forme parte de la calidad de vida de las personas, sin caer en las trampas del consumismo y la superficialidad». En el panel, delegados cubanos alabaron la labor desarrollada por los artistas cubanos en sus visitas a los lugares más afectados por los tres huracanes que azotaron el país en 2008, así como plantearon la necesidad de que los medios de divulgación promuevan nuestros mejores valores estéticos.