Foto: Orlando Durán CAMAGÜEY.— A la niña Aidé Abelarda, como a muchos de sus amiguitos, les preocupa el estado en que ha quedado el Casino Campestre, lugar donde se han recreado durante muchos fines de semana.
«Acabó con el casino y con su parque de arena. Hoy por lo menos se puede caminar en él, pero los primeros días esto era un gran desastre», dijo la niña.
El mayor daño que sufrió la instalación, considerada el parque urbano más grande del país, fue forestal. «La especie menos afectada fue la Ceiba, pero más de 70 árboles fueron arrancados de raíz, de los 162 que existían y hubo otros dañados en su follaje», explicó Cándida Díaz Torres, directora de este complejo recreativo.
Fundado un 8 de abril de 1860, el pulmón verde de la ciudad, como también se le nombra aquí, presenta en general un gran destrozo ornamental, pues diversas especies de palma, centenarios framboyanes, añejas caobas, varías... fueron al piso.
Sin embargo, la institución no presenta pérdidas de animales en ninguna de las 65 especies, representativas de los cinco continentes, que habitan en el zoológico del Casino Campestre, con más 131 000 metros cuadrados de extensión.
«Todos los animales fueron evacuados con antelación. Están resguardados en locales del parque de diversiones Camilo Cienfuegos (Japonés), donde una vez estuvo esta instalación», comentó la directora.
Al pasar por mi parqueVisitantes y lugareños de varias generaciones recordarán mientras vivan el eterno cómplice que siempre ha sido este Casino de travesuras de infancia, quizá de la primera monta de poni y hasta del primer beso de amor.
Sus bancos durante décadas han invitado a la lectura, a la meditación y al abrazo espontáneo con la naturaleza, la misma que tiene la capacidad de adormilar, con el susurro del viento y el silbido del aire. Así ha sido este parque que ahora se repone.
«Entristece ver cómo hay bancos destrozados, una glorieta casi derrumbada y el parque de arena en pésimas condiciones, pero a la vez consuela apreciar que se trabaja sin parar en la jardinería, limpieza y recogida de escombros», expresó una agramontina.
A la recuperación se han sumado trabajadores de Comunales y representantes de las FAR, el MININT, la UJC, Materias Primas y hasta el CDR 9 de la calle República, relató la directora.
Agregó que se trabaja en la higienización, en la poda de las plantas, el reemplazo de algunas jaulas y cercas de los locales para animales, y dentro de algunos días estarán enfrascados en la selección y siembra de árboles.
Historia que hablaMuchos habitantes de este territorio están preocupados por su Casino Campestre, pues en casi un siglo y medio de vida mucha ha sido su historia. Vale señalar que este lugar recibió a importante personalidades de la cultura, la política, las ciencias naturales y exactas y de la historia de la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
En estos bancos se gestaron ideales de independencia. Por eso hoy se preservan también monumentos y tarjas erigidos a Salvador Cisneros Betancourt, al Libertador (desconocido), a Gonzalo de Quesada, el doctor Manuel Ramón Silva, al biólogo naturalista Doctor Jorge Ramón Cuevas y al Comandante Camilo Cienfuegos.
«Todo se ha contabilizado y todo se restaurará poco a poco, según las condiciones del parque. En esta parte de tarjas y monumentos hubo pocos daños, pero siempre tuvo afectaciones, pues los fuertes vientos, unidos a la caída de los árboles, afectaron algunos de estos obeliscos.
Al cierre de esta información se contabilizaban pérdidas ascendentes a 19 536 pesos en plantas ornamentales, 28 764 en maderables y 970 en palmáceas.
Las pérdidas en bienes materiales ascienden a 16 534 pesos en moneda nacional y a 13 058 en convertible.