Jóvenes repudian la primera decada del injusto encierro que cumplen los Cinco antiterroristas cubanos por el «delito» de impedir la realización de acciones terroristas ISLA DE LA JUVENTUD.— ¡Qué mejor lugar que El Palmar para izar bien alto nuestra bandera cubana, junto a la insignia que representa a la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y repudiar la injusticia cometida contra René González, Antonio Guerrero, Gerardo Hernández, Fernando González y Ramón Labañino, quienes el pasado 12 de septiembre cumplieron diez años de encierro en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo!
Esa mañana el viento hizo lo suyo y abanicó esos dos símbolos patrios mientras se desarrolló el encuentro organizado por la UJC, en ocasión de cumplirse una década de la ignominia de encerrar a cinco antiterroristas cubanos por el «delito» de impedir la realización de acciones terroristas contra Cuba y el propio pueblo de ese país.
No hizo falta micrófono para cantar el Himno Nacional; a viva voz los presentes lo entonaron y sus notas hicieron retumbar la veintena de palmas que Gustav no pudo doblegar al pasar por el territorio el 30 de agosto; sus espigados troncos estaban más erguidos y fuertes que nunca, símbolo del carácter indoblegable del pueblo pinero, que a menos de 15 días del paso del potente meteoro transforma el desastroso panorama en otro donde las palabras recurrentes son: A recuperar lo perdido... Pa’lante... Haremos una Isla más hermosa... Trabajaremos duro...
No fue casual la ubicación de estos dos emblemas; era primordial hacerlos coincidir con el penacho que lleva nuestra palma real en lo más alto de su centro, distintivo también de la hidalguía y la serena firmeza que caracteriza a los cubanos.
La jornada de condena fue presidida por Ana Isa Delgado Jardines, presidenta del Consejo de Defensa Municipal, integrantes de la brigada cultural y de solidaridad Martha Machado, liderada por Kcho, y por dirigentes de organizaciones de masas y jóvenes que, junto a un artista aficionado, corearon Regresaré, en cuya letra se refleja la seguridad de ver a los Cinco de nuevo en su Patria.
Yodani Crespo Brizuela, primer secretario de la UJC en el territorio, manifestó la disposición de la juventud pinera de trabajar sin descanso, con disciplina y entusiasmo, para volver a convertire la Isla en un lugar de referencia, con el mismo entusiasmo de aquella tropa juvenil que arribó en la década de los años 60 a la entonces Isla de Pinos para desarrollarla luego de haberla devastado un ciclón con parecidas ráfagas de viento.
«Así será», clamaron los jóvenes presentes, quienes estarán convocados por el ejemplo de René, Antonio, Gerardo, Fernando y Ramón, paradigmas de hombres que se mantienen erguidos a pesar de la injusticia cometida contra ellos.
Pero también las palmas reciprocaron el llamado de Julio Martínez, primer secretario de la UJC, las que dormían en el suelo respondieron ¡presente! para donar su envoltura como facilidad temporal para aquellas personas que perdieron sus casas.
Resultó sorprendente observar el ondular de esas dos banderas, prendidas a ese fortísimo árbol, como mismo estará el sudor de los más de cien jóvenes que vendrán de todo el Verde Caimán a apoyar en la recuperación de la Isla, poblar cada lugar que Gustav devastó, e incluso a sembrar decenas de palmas.