PALMA SORIANO, Santiago de Cuba.— ¿Se puede formar valores con un libro de texto o en una reunión? La pregunta, formulada por el primer secretario de la UJC en la provincia, Roberto Sánchez Figueras, devolvió a su cauce la asamblea de balance de la organización en este municipio santiaguero.
«No podemos seguir teorizando, argumentó, ni pensando que si el estudiante se lee un libro ya le dimos los valores que debe tener. Los valores se forman con ejemplo, con exigencia y combatividad, influencia sobre la familia, la comunidad y promoviendo actividades, tareas concretas que refuercen esa tenacidad, esa voluntad, esa responsabilidad que queremos formar...»
Y es que, aunque en esencia, las intervenciones de una veintena de los 300 delegados asistentes, coincidían desde el discurso con el dirigente sobre cómo reforzar los valores; al propio tiempo, las situaciones que describían dejaban claro que urge dejar a un lado la manera tan esquemática como se mira el tema en la práctica, si se quiere avanzar.
En esta, como en todas las asambleas de este tipo en las que he participado últimamente, fueron los representantes de las estructuras de la UJC de los centros educacionales los únicos que aportaron ejemplos concretos acerca de cómo en su cotidianidad investigan, se esfuerzan porque los matutinos sean clases de historia, los profesores sean un espejo ante sus alumnos, o los padres eleven su papel en la formación de los cubanos del mañana.
En otros sectores, en cambio, tal y como ilustraron las intervenciones, las reflexiones sobre el tema parecen destinadas únicamente a «los marcos» de reuniones y eventos teóricos.
No debemos sentirnos conformes porque cumplimos con los indicadores numéricos que nos piden, decía en la asamblea palmera el delegado Wilber Grant, definiendo certeramente el camino del buen funcionamiento.
Pero, sin dudas, las claves del éxito del trabajo juvenil, ese que defiende con sus mejores armas la Revolución, las develaba desde el ejemplo Aramís Reyes, de la UBPC Barrancas, con 12 años al frente de su Comité de Base, quien habló de rigor, integralidad, trabajo sistemático, y retrató el día a día de sus compañeros de filas más allá de reuniones y tareas, lo mismo organizando un conversatorio, que llenando pipas de agua para el pueblo, cuando la necesidad obliga, o dirigiendo la preparación para la defensa en su zona, de las más intrincadas del municipio.
«Se trata de no repetir tanto las cosas y ponernos de verdad para hacerlas», dijo Aramís con su decir campechano, y enseñó la concreta. Solo así se siembran convicciones y se preserva la Patria.