Cien horas con Fidel es un culto a la verdad, a los principios, a la consecuencia, a la coherencia. Hay en él muchas lecciones: de humanismo, de solidaridad, de moral, de eticidad. La vocación internacionalista de la Revolución cubana y de Fidel está en estas páginas de una manera palpitante, incluso emotiva, porque la defiende con argumentos y pasión. Emociona. Cien horas... es una lección política de un gran líder.
Estas fueron algunas de las razones enunciadas la víspera por el ministro de Cultura, Abel Prieto, durante la presentación de la segunda edición del título que recoge la conversación sostenida entre el Comandante en Jefe Fidel Castro y el reconocido periodista Ignacio Ramonet, quien también se encontraba en el Palacio de las Convenciones de La Habana junto al editor del volumen, Pedro Álvarez Tabío.
«El verdadero debate, añadió el miembro del Buró Político, define a Cien horas con Fidel. Jamás encuentras un circunloquio mediocre, un rodeo, un eufemismo inecesario. Hay una transparencia total. Cuando se analizan los errores que pudimos cometer se hace frontalmente, de una manera transparente, clara, sin ningún tipo de posición vergonzante, a diferencia de los políticos tradicionales que le tienen horror a la verdad.
«Hay en este libro un pensamiento audaz que irrumpe, que se va abriendo espacio en la maleza. Un pensamiento para la juventud desde la juventud. Eso lo convierte en un instrumento fundamental en la batalla de ideas contemporánea», manifestó Abel.
Álvarez Tabío informó que, como aconteció con las presentaciones de la primera edición en mayo de este año, los estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas, y los pobladores de Santiago de Cuba, Holguín y Villa Clara —se sumarán ahora los de Granma— tendrán la oportunidad de participar en nuevos encuentros y compartir con el autor, al tiempo que se comprometió a realizar presentaciones en el resto de las provincias y el Municipio Especial de Isla de la Juventud.
De esta nueva entrega, revisada y enriquecida con otros datos, el director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado destacó los párrafos llenos de ternura y devoción en los que Fidel dibuja a Lina, la madre; el recuento de la propuesta soviética para la instalación de los misiles cuando la Crisis de Octubre; la carta nédita dirigida al presidente de Iraq, Saddam Hussein, en ocasión de la invasión a Kuwait; y el dramático recuento de los pasos dados durante el frustrado golpe de Estado en Venezuela.
Mientras, Ramonet aseguró que este libro se acerca mucho más a la autobiografía a dos voces que siempre soñó hacer del presidente cubano. «En él Fidel ha querido transmitir su experiencia personal, su itinerario político, una visión alerta, siempre viva, pero sin didactismo, que hace que se pueda leer con amenidad. Cien horas... es el relevo que le ofrece Fidel a las nuevas generaciones».