La tecla del duende
En tiempos en que soplan odios desde ciertos parajes de nuestro continente, cuando amenazas, de dentro y fuera, intentan romper magnas obras e implantar el más atroz pragmatismo, vienen con lucidez mayúscula estas palabras del escritor venezolano Luis Britto García, sobre los venenos que siempre rodearon al Hombre de las Dificultades.
«1. No hay grandeza sin enemigos. El camino de todo héroe está sembrado de sabandijas. Bolívar desafió las más aguerridas legiones de un Imperio global. Peleó en 472 batallas y perdió solo seis. Casi invencible cara a cara, sus adversarios buscaron herirlo a traición. Recordemos a Vinoni, que entrega Puerto Cabello; al infeliz negrito Pío que intenta matar al Libertador y solo acuchilla a Amestoy, que reposaba en la hamaca de aquel; a los magnicidas del atentado del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá. Tampoco pudieron con él. Tuvieron que asesinarlo en el alma, balaceando a su más dilecto amigo y posible sucesor: Antonio José de Sucre, mariscal de Ayacucho.
«2. Pues no hay adversario más leal que el abierto. El Pacificador Pablo Morillo era de cuidado. Venía con 60 navíos, inmensos pertrechos y 15 000 hombres a sofocar la rebelión del Nuevo Mundo. Había peleado victoriosamente contra Bonaparte. El Pacificador batalló fieramente contra los patriotas, pero también les reconoció gallardamente la valentía. En la entrevista de Santa Ana pudo capturar a Bolívar, que compareció a parlamentar solo y sin escolta, y no lo hizo. No calzan esos puntos los virreyes a quienes Bolívar o sus generales pusieron en fuga. Ninguno fue hijo de sus obras; ni uno solo tenía un proyecto distinto de la eternización del privilegio, ninguno debió sacar ejércitos de la nada para defender instituciones aún por crear.
«5. “He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono”, escribe Simón José Antonio en su última proclama. Desaparecido físicamente el héroe, quienes lo odiaron detestan su obra. Es adversario de Bolívar quien rechaza la Independencia de América Latina y el Caribe, su integración, la liberación de esclavos e indígenas, la soberanía popular, la democracia, la atribución a la República de la riqueza del subsuelo, la confiscación de bienes de potencias extranjeras, la inmunidad frente a decisiones de tribunales foráneos, la educación abierta a todos, el ejército popular. Es tarea para emperadores o nulidades. Bolívar los perdonó. Olvidémoslos.
«6. Exigente empresa es hoy odiar a Bolívar. Advirtió Neruda que “estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra extensa latitud silenciosa”. (…) Bolívar es ese legado titánico. ¿Cómo borrar a quien está en todo y es todo? A ver quién nos deshereda». (Fragmentos, tomado de Cubadebate)
Lili: ¿Qué haces que jamás te has aparecido? DJAT
Sarah: Es invierno, sobrarán las nubes grises, pero estás tú. FGump