Frente al espejo
«Las verdades de nuestro país deben tratarse así, públicamente, sin miedos (¿Oficios en asfixia?, Miguel Ángel Valdés Lizano, 24 de noviembre). La disección interna es positiva. Es bueno poner en blanco y negro “nuestro vino” y lo amargo que es. Y no se tocan muchas otras cosas. Magnífico y para seguir este comentario suyo». (Juan César Martínez)
«La página ¡Échale dedeté a la influenza! (Adán, Falcó y Osval, 25 de noviembre) me tiene con lágrimas en los ojos de tanto reírme, sobre todo porque independientemente de la habilidad de los autores para provocar esa reacción con las palabras exactas, veo tras ella una interesante crítica.
«Con la mejor de las intenciones, nuestros medios difunden a veces spots “educativos” que, en su aspiración de llegar a todos, subestiman la inteligencia. Me refiero a los que consisten en seleccionar entre opciones posibles las que constituyen medidas para evitar el virus de la influenza A (H1N1).
«Particularmente, prefiero el de la niña que explica, desde su carisma, su gracia y su lenguaje propio, lo que hay que hacer para evitar el contagio. Nuestro pueblo está informado, sobre todo en materia de prevención (informado no quiere decir que ponga en práctica lo debido); y nuestro sistema de salud ha tenido que desarrollarse, para nuestro bien, en la prevención y la educación de la población». (Alicia Aleaga Howland)
«Buen enfoque del problema gitano en Europa (El muro de Ostrovany, Luis Luque, 26 de noviembre). Desde aquí, donde, como expone el comentario, se hacen esfuerzos para integrar a las personas de etnia gitana a la sociedad, quiero mencionar algunas dificultades que se encuentran para ello, no solo por parte de los “payos” —como somos llamados los que no pertenecemos al pueblo “romaní”—, sino también por los gitanos.
«Estos, generalmente, son reacios a aceptar normas de convivencia que nos hemos dado y tratan de imponer las suyas al resto de los ciudadanos… Es cierto que tiene que haber una cesión por ambas partes y mostrarse buena voluntad para ello.
«Otro de los problemas es el de la escolarización de los niños, fundamental para el futuro arraigo y la cultura de los jóvenes. Se está consiguiendo que muchos padres acepten sacarlos del submundo de recogida de desperdicios y delincuencia a menor escala, para asistir a escuelas donde se integran con otros niños y de esta forma conseguir, cuando hayan transcurrido una o dos generaciones que no se sientan discriminados, y el resto de la población los vea como lo que son, iguales a nosotros». (Máximo del Valle, España)