Acuse de recibo
Leticia Centelles Badell (Avenida 57, No. 9611, entre 96 y 98, Marianao, La Habana) denuncia en su carta «la situación de desamparo en que nos encontramos mi hermana y yo, a causa de una filtración procedente del baño de la vivienda de los altos y que está deteriorando hace años distintas partes de la nuestra».
Refiere que dicha filtración fue subsanada, pero ha vuelto a producirse y se ha agudizado ahora. Desde el pasado marzo está cayendo el agua del baño de la vivienda de los altos en el pasillo interior de la casa de ellas. La filtración afecta notablemente un dormitorio, sobre todo, las paredes y el área que ocupa la cama.
Se habló, refiere, con la hija de la dueña de la casa y dijo que el plomero, que hizo un arreglo en el baño hace siete años, no podía venir de nuevo. La situación se comunicó a la delegada de la circunscripción, quien visitó ambas viviendas, constatando en la de Leticia el mencionado daño.
El 12 de abril habían presentado una queja en la Dirección municipal de la Vivienda de Marianao, donde supieron que se dispone de 21 días para realizar la visita correspondiente. La técnico que las atendió las visitó el 29 de abril para hacer el dictamen, y les dijo que luego se lo entregaría a las funcionarias de Edificios Múltiples, que también visitarían ambas viviendas. Continuaron sin el dictamen, la filtración no cesa y nadie de Edificios Múltiples las ha visitado.
El 22 de mayo volvieron a la Dirección municipal de la Vivienda, y la técnico se disculpó porque todavía no habían firmado el dictamen. Dijo que ese mismo día o al siguiente se lo llevaría a la casa y lo entregaría a Edificios Múltiples. No fue.
«Viendo la lentitud de los procederes y una solución que al parecer se eterniza, añade, conjuntamente con una filtración que al parecer solo a nosotras sensibiliza y afecta, a principios de mayo hablamos con el nieto de la dueña de la vivienda, quien es el que estaba residiendo en esos días (y aún permanece) en esa casa, para que le comunicara a su familia que estamos dispuestas a pagar la reparación para eliminar el problema. Nos respondió que se lo diría a su tía, pero no hemos recibido respuesta, a pesar de que hemos insistido en una segunda ocasión. Cuando le preguntamos a algunos de los que están en la casa, no nos responden.
«El Presidente cubano reitera con frecuencia que en esta sociedad nadie quedará desamparado. Por eso no entendemos que nadie haya dado una respuesta de ningún tipo a una situación que se prolonga, sin mostrar posibilidades de solución; y que está deteriorando no solo un inmueble, sino también la calidad de vida de dos adultos mayores (de 70 y 71 años, respectivamente), además del riesgo epidemiológico que implica el contacto del agua que se filtra procedente de un baño.
«En lo personal creo que me asiste la razón cuando afirmo que el quehacer de dos personas, ambas profesionales que dedicaron y dedican su vida al mejoramiento de esta sociedad, no es mucho lo que importa, y que lamentablemente muchos asuntos como el nuestro, se reducen a reglamentos, directivas y disposiciones legales que se incumplen con absoluta impunidad, para perjuicio de la parte de la ciudadanía que aún confía y espera en que estos tiempos sean realmente de empatía y resiliencia.
«Hago estas líneas con el techo aún chorreando un agua de dudosa calidad sanitaria y muy preocupada porque la desidia y la indiferencia pueden, de hecho, provocar un desenlace desagradable que, al menos en teoría, muchos lamentarán», concluye.
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