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Tacón On/Off: otro cine cubano es posible

El estreno en la Mayor de las Antillas del primer cortometraje de la serie de terror Cuenta la leyenda este jueves en el cine Charles Chaplin marca una pauta importante en el desarrollo de este género en la cinematografía de nuestro país

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Si bien podemos encontrar en la cinematografía cubana obras como los cortometrajes El Don, dirigido por Isaul Ortega y Pepe Reyes y Rumor, bajo la dirección de Maykel Pardini, así como el largometraje en tono de comedia Juan de los muertos, abordando el cine de terror, ello solo demuestra que no es frecuente en el quehacer fílmico del país, con lo cual el estreno este jueves en el cine Charles Chaplin a las seis de la tarde del cortometraje Tacón On/Off —abordando el mismo género— acapara la atención y despierta la curiosidad.

Coproducido por el Icaic y Axioma Films —productora cinematográfica dirigida por Humbertini Fermar—, Tacón On/Off es el primero de la serie Cuenta la leyenda, la cual estará conformada por diez historias independientes una de otra pero con un hilo central narrativo, es decir, un suceso que se enlaza con otro para construir el universo de «cuentos de misterio» que signan la identidad cubana.

Humbertini Fermar tuvo la idea, escribió el guion y se hizo acompañar por un equipo con elevado nivel profesional para realizar el proyecto que apenas comienza. «Aposté por la añoranza y la identidad. No hicimos un refrito del género, aún cuando conocemos los códigos del cine de terror y de horror a nivel mundial y los utilizamos, apostamos por hacer brillar lo cubano.

«Me gusta mucho hacer cine y aunque hago todo tipo de género, este en particular me seduce, por eso me dispuse a crear lo que ha devenido una serie. Necesitaba la libertad de retratar esos tiempos que vivimos quienes estuvimos en escuelas internas en épocas en las que no existían las redes sociales para entretenernos en las noches.  Surgían entonces las leyendas, los cuentos de misterios, las historias tenebrosas, las sesiones con la ouija, y en cada escuela se expandían esos mitos que han pasado de generación en generación en muchos casos.

«Este tipo de cine siempre habla de un acto sobrenatural que puede terminar en violencia, pero en mi historia es el ser humano el que se transforma porque parto de la tesis de que no hay peor monstruo que el propio ser humano. Me arriesgo a decir además que nos esforzamos mucho para darle poesía a la violencia, porque, aunque el género busca sugestionar al espectador, no te asustará lo que verás porque lo que atrapa es la historia de lo que estás viendo».

Con diez que valen por mil

Tacón On/Off es la ópera prima de Humbertini en este género «y entiendo que haya habido dudas o recelos en quienes llamé para trabajar, y les agradezco que me hayan acompañado porque me fui a la guerra, como se dice, con diez que valen por mil. Estoy feliz por eso», señala.

Con el sonido de Michel Caballero y Yasser Canals, maquillaje y peluquería a cargo de Celina Rodríguez y Yanay Martínez, escenografía de Pepe Amat y vestuario de Rafael Orama, el cortometraje garantiza un recorrido exitoso.

«Además, la dirección de fotografía estuvo a cargo de Alejandro Pérez, por quien esperé un año y medio hasta que lo convencí, y espero que muchas personas sepan que es un talentoso realizador, más allá de los videoclips exitosos que ha mostrado en su carrera.

«El que quiere hacer cine y no tiene los recursos o el presupuesto ideal, y se lo digo a los alumnos, debe tener una buena idea, y como era mi caso, me esforcé en tenerla y venderla.  Alejandro nunca había hecho este género, y recuerdo que varias veces me dijo que yo quería hacer Hollywood sin dinero y le dije que sí, y por eso buscamos la solución creativa.

«Conté con el afamado Emilio Vega para la música. Él aceptó inmediatamente porque adora hacer música para cine y también debutó con este proyecto. Tuve a Javier Maury de Toro y a Jorge Villar en los efectos visuales y a Norge Columbié en los efectos especiales, que me interesó mucho utilizarlos porque quiero rescatar ese cine que se hacía antes, más allá de lo que podemos lograr en computadoras en el proceso de postproducción».

Es la primera vez que Humbertini —quien también fungió como editor— dirige actores o como le explicara el Premio Nacional de Cine Fernando Pérez «trabajar con actores». Al mismo tiempo, sin haberlo planeado, actúa de manera imprevista en Tacón On/Off.

«Ciertamente yo aparecería como un custodio, un personaje de corta aparición, por aquello que hacía también mi director favorito, Alfred Hitchcock, quien siempre ponía un guiño en sus obras al aparecer como un personaje más.

«Sin embargo, todo adquirió dimensiones mayores cuando el día antes de rodar en la prueba de cámara, un actor no pudo presentarse y decidí hacerlo yo para avanzar con el trabajo. Resulta que no me arrepiento de haberlo hecho porque Alejandro, al ver lo filmado, me dijo que debía ser yo quien interpretara ese personaje y entonces tuve solo un día para construirlo».

Todos impulsamos la creación

El resto del elenco lo conforma Michel Pentón, Daniela Sánchez, Robin Cobar, Artur Voces, Sandra Anabel, Jony Díaz, Stefany Rodríguez y Nany Conde y Zuleika Suárez, estas dos últimas no son actrices pero les ofrecí esta oportunidad.

Jony Díaz, con experiencia como actor titiritero y en algunos programas televisivos, asume este primer reto en cine. «Enfrentarse a un personaje nunca es sencillo, pero en este caso fue muy bueno que Humbertini es una persona muy lúcida y sabe lo que quiere. Y eso facilita el trabajo porque es posible crear una comunicación asertiva y crece con el personaje.

«También me gustaría destacar que en el cine el único momento creativo que tiene el actor es en el ensayo porque no debemos improvisar en pleno rodaje excepto en circunstancias muy necesarias. Trabajamos mucho en esa etapa previa, me sentí cómodo y pude crear una barrera para separar mi personalidad del personaje y dejarlo fluir».

Daniela Sánchez, feliz con la experiencia, subrayó que fue un gran reto para ella porque debía expresarse sin decir una palabra. «Todo el conflicto se concatenaba conmigo, y fue un proceso duro, con escenas de desnudos incluso, pero me sentí muy segura y me he podido sentir muy realizada con este trabajo».

Agradecida también con el proyecto, Sandra Anabel reconoce lo interesante que le resultó la idea desde el principio. «Recomiendo que las personas vayan al cine para que vean algo diferente dentro de lo que permite el género en sí. Yo creo que vale la pena apostar también por los jóvenes talentos y por las nuevas propuestas, y creo que Tacón On/Off puede llegar a ser esa idea fresca que necesitamos ver en estos tiempos».

El músico, compositor y productor musical Emilio Vega disfrutó mucho su trabajo en el proyecto. «Estudié el guion y antes de terminar de leerlo, ya tenía ideas. Hice los primeros seis temas y Humbertini quedó fascinado con la propuesta que de manera tan exacta encajaba con las escenas filmadas.

«Había trabajado en otras películas como la coproducción cubano-húngara La historia de Robinson Crusoe, Red Avispa, la segunda parte de Vampiros en La Habana con Rembert Egues, pero fue impresionante para mí hacer la música para este cortometraje, como la haré para la serie en general. Lleva rigor, dedicación y una suspicacia extraordinaria para componer lo que de manera coherente apoya el audiovisual».

Tacón On/Off, cuenta Humbertini, tuvo la suerte de participar en festivales internacionales en Inglaterra, ha sido muy bien recibido, y lo que buscan es darse a conocer, y encontrar puertas abiertas a nuevas narrativas en el cine cubano contemporáneo.

«Exploraremos diversas alternativas para encontrar el financiamiento necesario para el resto de los capítulos, defendiendo la idea de que no solo llevamos la idea en un papel sino que podemos mostrar un audiovisual que marca una estética y un lenguaje cinematográfico bastante personal, que puede contribuir a impulsar un nuevo cine en Cuba».

Patricia López, productora de Axioma Films, acepta el desafío propuesto «porque desde el inicio, dirección y producción tienen que estar de la mano y aunque tengamos nuestras diferencias como parte del proceso, la obra es el motivo por el cual uno logra el consenso».

Humbertini bien lo resume. «El cine cuesta mucho y al final mucho cine se hace entre amigos; hoy yo te ayudo a ti en tu proyecto y mañana tú me vas a ayudar a mí en el mío. Yo he ayudado a muchas personas y lo sigo haciendo, a mis propios estudiantes les presto mis equipos, los asisto, les actúo, y es parte del proceso del aprendizaje. Todos impulsamos la creación y eso es lo que importa».

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