Acuse de recibo
Sergio Enrique Rodríguez Iglesias (Calle 27, No. 14, altos, entre Juan Moreno y Carralero, reparto Sanfield, ciudad de Holguín) ha sufrido un laberinto de irregularidades y tropiezos con la Empresa Eléctrica de su provincia, que aún promete final.
Relata que en octubre de 2022 solicitó el servicio de 220 voltios en la Unidad Empresarial de Base Pedro Miguel Díaz Cuello, perteneciente a la Empresa Eléctrica de Holguín, y situada en el propio municipio cabecera.
El funcionario de Atención a la Población que lo recibió le dijo que se podía demorar su petición, bajo los efectos aún de la pandemia de COVID-19, pues no estaban entrando metrocontadores de 220.
Sergio Enrique esperó consecuentemente. Pero un día aprovechó que un representante de la Empresa Eléctrica visitaba su centro de trabajo y le preguntó sobre los contadores de 220. Y aquel le sugirió que fuera a la UEB donde había hecho la solicitud, pues estaban entrando contadores e iban saliendo del atraso de años anteriores.
El 23 de abril de 2024 Sergio Enrique fue a la UEB, y allí lo atendió el administrador, quien buscó entre las órdenes de trabajo. Y la correspondiente a su contador no estaba. El administrador le dijo que era porque el operario ya la tenía, y en cualquier momento cambiaban el contador.
Sergio Enrique le preguntó si tenía que estar alguien en la casa para la instalación, a lo cual le respondió que no, pues si el metrocontador está en un lugar de fácil acceso no era necesario.
Desde entonces, cada día, tras llegar de su trabajo, Sergio Enrique se fijaba en el metrocontador para ver si lo habían cambiado. Y nada. A los 15 días fue de nuevo a la UEB, y lo atendió el administrador. Este, luego de buscar más a fondo la orden, le dijo que la misma se canceló, y que habían ido a su casa en tres ocasiones y no había nadie.
«Resulta que en mi casa solo vivimos dos personas y ambos trabajamos. Tampoco dejaron una constancia de que fue un inspector a la vivienda.
«Mi mamá se dirigió a la Empresa Eléctrica de Holguín, ya que el contador está a nombre suyo, y la atendió la compañera que lleva los metrocontadores (Dignora). Y cuando buscó en el sistema, salía que la orden estaba “ejecutada”. O sea, que el contador estaba puesto y no era así.
Sergio Enrique habló con la compañera de la Empresa Eléctrica por teléfono y le dijo que no era posible, que había una equivocación, pues el metrocontador sigue siendo el mismo.
La de la Empresa Eléctrica señaló que parecía ser un «error» de ellos. Y entonces había que ir era a la UEB. Su mamá fue allí y habló con el administrador, quien le dijo que, ciertamente, fue una equivocación: un inspector había ido, pero miró el metrocontador de otra casa que, casualmente es de 220.
El administrador le expresó finalmente a su mamá que si ella se enteraba de que estaban poniendo metrocontadores, lo llamara para agilizar el trámite.
En agosto, Sergio Enrique fue a la UEB y habló con el administrador, quien le dio casi la misma respuesta, solo que en la hoja de Excel que él tenía en su poder salía como «cancelado», no como sale en la Empresa Eléctrica de Holguín.
El administrador le dijo lo mismo, que si se enteraba de que hay contadores, le avisara para agilizar el trámite. Algo inconcebible para Sergio Enrique, pues, según él, allí deben de saber cuándo entran metrocontadores.
«Esta es la fecha en que no han puesto el metrocontador, porque “no hay” por la vía legal. Ahora quiero que la Empresa Eléctrica de Holguín me dé una respuesta por el mal trabajo que han hecho», concluye.