Acuse de recibo
El pasado 23 de septiembre, Felipe González reveló aquí su asombro porque no pudo enviar en la terminal de trenes de Santiago de Cuba, por el expreso ferroviario, pertenencias suyas hacia La Habana, pues ese servicio no se brinda hoy. «¿Por qué han retirado ese servicio, tan necesario para el pueblo?, ¿Cómo traslado mis pertenencias a La Habana?, decía.
Y responde Luis Roberto Roses Hernández, director general de la Unión de Ferrocarriles, que el expreso ferroviario no ha muerto. Y que «en este período de inactividad se han desarrollado acciones para mejorar las condiciones para la futura prestación de esos servicios».
Se ha reparado, dice, parte de la infraestructura. Se han realizado acciones de capacitación del personal que presta el servicio. Se dan primeros pasos en la informatización de esa actividad, así como la actualización de la estructura de trabajo. Se ha creado una UEB especializada en esa transportación. Y el personal disponible por la no oferta del servicio ha sido reubicado en diferentes actividades.
«Nuestra meta es lograr prestaciones superiores elevando la calidad de las atenciones y las transportaciones, dice. Que las entregas sean personalizadas, y otras de manera tal que el cliente se satisfaga con el servicio, y disminuir los plazos de entregas de bultos en el destino».
Añade que los actuales trenes nacionales de pasajeros no poseen coches especializados para transportar carga por expreso. Con más de 40 años de explotación intensiva, no están aptos para esas funciones, además de no ser compatibles con las nuevas tecnologías.
«Teniendo en cuenta las limitaciones de carácter objetivo (falta de vagones especializados y locomotoras) no se ha comenzado a brindar el servicio de manera generalizada, añade. En algunas regiones del país se brinda un expreso de última hora dentro del territorio de la provincia en trenes de circulación local.
«De manera limitada también se transporta un volumen de paquetería de la empresa Correos de Cuba. Estas posibilidades, al ser reducidas, no permiten extender de manera abierta el servicio a la población.
«El expreso ferroviario no ha muerto, solo se han encontrado variantes ajustadas a las condiciones actuales, y seguimos trabajando para cuando estén todas las condiciones prestemos un servicio de calidad», concluye.
Desde Juan Bruno Zayas, No. 1C, entre Padre Chao y Marta Abreu, en Santa Clara, escribe Félix Delvis Castro, inconforme con procedimientos de la Empresa de Seguros Nacionales (ESEN) en el escalafón de los asegurados en autos. Y suscriben su carta otras 19 personas que, como él, pagan el seguro de auto y llevan seis años esperando por la reposición de sus respectivos carros.
De la ESEN, expone que «nunca tiene respuesta convincente, y se deshace en justificaciones sin base». Indica que «apareció de la nada una lista fantasma de 190 afectados por robo de autos. Sin mediar aviso, los metieron delante de nosotros para entregarles carros, sin explicación».
Ante el caso de estos carros robados, algunos de sus compañeros asegurados y no correspondidos aún, lograron descubrir que esos expedientes fueron aprobados en 2021, y los están introduciendo en el escalafón de 2019.
«Les están dando carros por delante de nosotros, en franca violación del escalafón», expresa Félix. Merecemos respeto y consideración. Pagamos nuestro seguro por años.
«Entren en Auto Chat, para que vean el desastre y el ripio de carros que ofertan, con dificultades técnicas. Muchos compañeros víctimas del desespero se los llevan en escatolinas para salir de esta pesadilla», termina.