Acuse de recibo
María de los Ángeles Llano Vizcaíno (San Pablo No. 55, entre Zayas y Río, Santa Clara) manifiesta que a raíz del ordenamiento monetario en el país, los pacientes con dietas médicas y especiales (cáncer, síndrome de malabsorción, niños con diferentes enfermedades), dejaron de recibir las viandas, no así la carne de res y el pescado, productos que algunas veces se han recibido en forma de picadillo, pero no han faltado.
Cuenta que su esposo, adulto mayor, padece de yeyunitis crónica y síndrome de malabsorción, enfermedad causante de diarreas y para la cual no le debe faltar ni el plátano ni la malanga. Al tercer mes de faltar las dietas ella intentó indagar el porqué. Llamó al Gobierno y al Partido en el municipio, y nadie le daba una respuesta concreta.
Al fin se comunicó con Acopio, y asombrosamente, quien le atendió le dijo que ellos tienen viandas para las dietas, pero no las pueden comercializar porque el Gobierno no les da el subsidio para venderlas. Reclamó por teléfono al Gobierno, copiaron sus datos y que esperara respuesta. Nunca la llamaron.
A los diez días fue al Gobierno municipal y le ratificaron lo dicho en Acopio, y además le informaron que los viernes en el propio Gobierno atienden a la población por sectores. Fue el 14 de abril hasta allí, al departamento que recibe las quejas de alimentación, y le ratificaron lo dicho. Y le dijeron más: que todos los martes en sus reuniones sale la misma reclamación de madres que tienen niños con diversas enfermedades.
«Imagine, afirma María de los Ángeles, niños que deben comer viandas y frutas. Y todo eso ¿cuánto cuesta en el mercado de oferta-demanda? Y con el argumento de que esta orientación fue dada a nivel nacional, eliminando el subsidio que el Gobierno le debe dar a Acopio para las dietas.
«Lo más preocupante es que desde febrero el Gobierno municipal envió una carta de solicitud de revisión de subsidio para las dietas médicas de viandas a Economía y Planificación de la instancia nacional, ya que se le prohibió a Comercio pagarle el dinero a Acopio para la venta de las dietas. Y hasta el 14 de abril no habían recibido respuesta alguna.
«¿Cuánto dinero tiene que gastar un anciano para comprar plátanos —que todos sabemos su precio— con la pensión que recibe? ¿Cómo pueden los padres cubrir todas las necesidades alimentarias a esos niños que deben comer frutas y vegetales por estar enfermos sin considerar otras necesidades de la vida de un infante?
«Creo que se debe ser razonable con esta situación, y nosotros como ciudadanos cubanos merecemos al menos una respuesta», concluye.