Acuse de recibo
Desde calle 20, No. 4104, entre 41 y 47, Playa, La Habana, busca una solución razonable ante el encierro por la COVID-19 el doctor Juan E. Fuentes, profesor de la Facultad de Física de la Universidad de La Habana ya jubilado, con 80 años y paciente de oncología.
Precisamente por la perentoriedad de mantenerse aislado y al propio tiempo solucionar online ciertos servicios, el doctor Fuentes le dio a su hija la tarjeta magnética con que cobra su pensión y su carné de identidad para que le tramitara una tarjeta de Telebanca en la sucursal del Banco Metropolitano de 31 y 42, en el propio municipio de Playa.
Y en el Banco le plantearon que no le podían hacer esa tarjeta, pues el trámite es puramente personal. Él es quien debe poner la clave de esta, a la cual no debe tener acceso otra persona. «Si yo le di la orientación a mi hija, es porque confío en ella y yo no puedo realizar la gestión», argumenta el doctor Fuentes.
Este redactor se sensibiliza con el reclamo de Fuentes. Y al propio tiempo, tratando de ser lo más objetivo posible, comprende que las disposiciones de confidencialidad del Banco no pueden quebrarse, porque nadie lleva en la frente, grabadas y visibles, las buenas intenciones, y puede darse el caso de un hijo que engañe a su padre.
Pero ese puede ser el problema de muchos otros ancianos enfermos, o personas postradas, que quieran tener los servicios de Telebanca, mucho más en estos momentos. ¿No puede el Banco, en este dilema de Mahoma y la montaña, ir adonde el cliente para facilitarle el trámite?
No por gusto Neris Quesada tiene dieta de viandas como consumidora. Ella, quien reside en calle Lidia Ester, No. 2, entre Central y Valdés, en La Hata, municipio capitalino de Guanabacoa, es paciente oncológica. Y ahora, en medio de la COVID-19, se le hace muy difícil adquirir esos alimentos de forma liberada. Por eso Comercio Interior incluyó alguna vez la venta normada por dieta.
Lo que pasa es que desde marzo, paradójicamente con la irrupción del coronavirus, la vianda de dieta se ha esfumado en La Hata. Y no es la primera vez que sucede según Neris, quien no encuentra respuesta del porqué ni en la bodega, ni en la oficoda ni en Comercio.
«El puesto donde adquiríamos el producto, en Concha y Central, permanece cerrado. Y en el mercado me dicen que en el puesto de El Naranjo podía estar la dieta. Allí me dijeron que no, al igual que en Reglita. Y en toda gestión hecha me dicen que es problema de Acopio».
¿Qué puede responder Acopio?
«Una vez llegada la etapa posCOVID-19, debe erigirse un monumento que recuerde esta etapa de lucha, que ha sacado a la luz los mejores ejemplos de virtud, heroísmo, abnegación, virtuosismo e inteligencia del pueblo cubano», afirma Ernesto Peñate Morales, residente en Luz y Caballero 312, entre Santa Catalina y San Mariano, Víbora, Diez de Octubre, La Habana.
Ese monumento, precisa, sería también un homenaje más que merecido al Gobierno cubano en pleno, que ha sido el conductor seguro del país en momentos de extremo peligro en la salud, la economía, la defensa y la seguridad del Estado.
Ese sería también, añade, un homenaje a la solidaridad y el internacionalismo de Cuba con otros pueblos ante la pandemia que no distingue geografías, razas, niveles económicos ni credos.
«Hemos salido victoriosos en esta batalla contra la pandemia y el imperio, con prestigio, respeto y reconocimiento de los países del mundo como nunca antes. Ese logro no se alcanzó sin ingentes esfuerzos y enormes sacrificios de todos aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir los destinos del país.
«Gracias, hermanos ministros, gobernadores, secretarios del Partido. A todos y para todos. Gracias, Presidente Díaz-Canel y Primer Ministro, Marrero. Seguro estoy de que cada ciudadano cubano estaría dispuesto a erigir ese monumento», concluye.