Acuse de recibo
Desde San Juan y Martínez, la tierra del mejor tabaco del mundo, escribe Ana Belkis López Concepción, quien reside en Camino Juan Devia. Y cuenta que en octubre de 2018 fue afectada por un evento meteorológico la casa de tabaco de su esposo, socio de la cooperativa Isidro García. Le aprobaron el nuevo proyecto de construcción, pero no le informaron que había déficit de materiales (planchas de zinc para la cubierta y tablas para el forro).
Él sembró sus tierras, y la cooperativa le brindó los créditos y fertilizantes para llevar el cultivo hasta la cosecha. Pero para la construcción de la casa de tabaco solo le dieron clavos y la madera para ponerla en pie.
Precisa ella que hace dos semanas llamó a la ANAP del municipio para quejarse sobre esa situación, pues el tabaco está de cosecharse.
Ana Belkis fue a conversar con el presidente de la cooperativa. Le preguntó si sabía que el tabaco estaba de cogerse, y la respuesta fue: Sé todo lo que sucede, pero no hay materiales para nadie, aunque el tabaco esté de cogerse. Ella le dijo que, aunque no es miembro de la cooperativa, de la cosecha de su esposo sale el sustento familiar y por eso se queja.
«Los cubanos, añade, nos identificamos por hallar solución a los problemas; y cuando no la hay, buscar alternativas. Fui al Partido municipal y me escuchó la funcionaria que atiende la Agricultura, quien llamó al compañero que tiene que ver con las reparticiones de los materiales en la empresa de tabaco municipal. Este señaló que no había zinc para cubierta y ningún otro material, el zinc se había agotado porque lo dio para forro.
«¿Es cierto que no hay materiales en el país? ¿Es necesario dejar echar a perder 50 000 posturas de tabaco en buen estado? ¿Tiene razón el presidente de la cooperativa al decir que no soy nadie para quejarme por no ser miembro de esta? ¿Entonces podemos ver cosas mal hechas y no combatirlas si no nos afectan directamente?
«¿Es esta la respuesta correcta de un presidente de una cooperativa?», pregunta Ana Belkis.
El pasado 21 de abril, y desde Luyanó, en el municipio capitalino de Diez de Octubre, René Luis Páez Caballero denunció aquí que en Justicia, entre Arango y Municipio, en ese barrio, hace 25 años que hay un salidero de agua potable que afecta varias viviendas y corre por la calle. ¡Un verdadero récord!
Al respecto, responde Halina Guerra Castro, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que el 23 de abril se presentaron allí funcionarios del centro de incidencias y del Departamento de Pitometría de esa entidad.
Y aunque el problema no es competencia de Aguas de La Habana, porque el salidero es interior y Aguas... solo atiende la red exterior, la especialista de Pitometría realizó labores de detección para determinar el punto de fuga.
«Nos vimos imposibilitados de definir dicho punto, afirma, ya que existe un vecino que posee una cisterna y se negó a cooperar. Ante ese obstáculo, deben dirigirse a la Dirección Municipal de la Vivienda de Diez de Octubre, entidad con facultad para la revisión de las redes interiores de las viviendas».
Agradezco a Aguas de La Habana, porque una vez más fue al sitio para precisar si era imputable a ella el asunto. No obstante, intentó detectar el punto de fuga. Ahora la pelota —de 25 años— está del lado de la Dirección Municipal de la Vivienda.
En la edición de ayer, cometí un error mecánico que, lamentablemente, pudo traer confusión en los lectores. Al relatar la respuesta de Fermín Mesa García, director general de la ESEN, a Miguel Ángel Parente, quien había planteado su inquietud en esta sección el pasado 10 de mayo, expresé: «Precisa que Fermín ocupa el número seis en el escalafón de 2019», cuando debió decir: Precisa que Parente ocupa el número seis en el escalafón del 2019… Me disculpo con los lectores, y con Parente y Fermín; sobre todo con este último, porque, según se publicó, pareciera que el director general de la ESEN se estaba situando en el escalafón para reponer su auto. ¡Válgame Dios! Las palabras, incluso equivocadas, tienen filos peligrosos.