Acuse de recibo
Como no comprendía la decisión, el veterano Manuel González Ansoar (Domínguez No. 235, entre Santa Catalina y Calzada del Cerro, Cerro) demandó argumentos y razones. En su carta, publicada aquí el pasado 2 de junio, narraba que cuando ya se encontraba listo para operarse en el Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso (CNCMA), con el fin de que le extrajeran varias piedras de su vejiga, fue remitido a su área de salud para tratamiento quirúrgico.
El paciente, a quien ya le habían practicado varios exámenes (tomografía axial computarizada, ultrasonido, rayos X, electrocardiograma…) no comprendía por qué ahora lo redirigían hacia una operación con método tradicional, máxime teniendo en cuenta su condición de diabético insulinodependiente e hipertenso.
A propósito contesta la doctora Noemis Doris Causa Palma, jefa del Departamento de Servicios Hospitalarios del Minsap. Refiere la galena que Manuel acudió espontáneamente a la consulta especializada de Urología del CNCMA, el 9 de febrero pasado, por presentar manifestaciones clínicas de obstrucción urinaria baja. Fue evaluado por la especialista, se le indicaron los exámenes complementarios de rigor y se comprobó el diagnóstico de hiperplasia benigna prostática y litiasis vesical.
El 6 de abril —continúa la directiva— fue «atendido en reconsulta como está establecido para este tipo de afección, (…) es referido a su área de salud, explicándole el médico de asistencia que es por situaciones coyunturales con el recurso humano en la especialidad de urología. Ya la institución, ante esta problemática, había coordinado transitoriamente en el mes de abril con el servicio del Hospital Hermanos Ameijeiras la atención a pacientes con patologías no complejas, además de adoptarse medidas organizativas que permitieron garantizar la continuidad de la atención médica con la ubicación de un especialista entrenado en técnicas de mínimo acceso endourológicas».
Asimismo, detalla la funcionaria, estos procederes están convenidos con el Hospital Hermanos Ameijeiras «para los pacientes que requieran litotricia y en los hospitales provinciales con servicios de urología, según la regionalización de los servicios establecidos por el sistema nacional de salud, para garantizar el tratamiento quirúrgico a los pacientes con enfermedades urológicas benignas y litiásicas, como es el caso de Manuel».
Durante la investigación del caso, expone la doctora Noemis, «se evidenció una mala conducción del paciente dentro del sistema, traducido en una orientación inadecuada de la doctora, al no referirlo según la regionalización al nivel secundario de atención, además de no explicarle cómo sería el seguimiento a su enfermedad y la solución a su problema de salud».
El CNCMA efectuó los análisis correspondientes en la comisión del 9 de junio y se aplicó una amonestación ante el consejo de dirección de la entidad a la Jefa del Servicio de Urología, que coincidentemente fue la especialista que atendió al paciente, apunta.
La comisión ministerial designada para tratar el caso coordinó de inmediato su atención en la consulta de urología del Hospital Hermanos Ameijeiras. El viernes 9 de junio fue revaluado e intervenido quirúrgicamente el habanero. Mostró satisfacción por los cuidados recibidos.
La queja, finaliza la doctora Noemí, es calificada «con razón» toda vez que no se coordinó adecuadamente la atención del paciente para su tratamiento definitivo. Agradezco la exhaustiva respuesta. Lo más importante es que Manuel ya está operado y su problema de salud resuelto, pero duele comprobar que sigan provocando malestar en tantas entidades las malas orientaciones; y solo se «reorienten», una vez aparecidos en el espacio de debate público. ¿Cuesta tanto querernos y ayudarnos más en el trato cotidiano?