Acuse de recibo
Más de 60 días en crisis de úlcera gástrica, con los consiguientes vómitos y pérdida de peso llevaba el padre de la espirituana Angélica Hernández García (calle Camilo Cienfuegos No. 238, entre Beremundo Paz y Nieves Morejón, Cabaiguán) cuando acudió al hospital de su municipio.
Allí, en varias sesiones fue atendido con esmero y se le realizaron las pruebas correspondientes, pero las dolencias persistían. Por ello acudió la familia —según narró Angélica aquí el pasado 10 de diciembre— al hospital provincial de Sancti Spíritus.
En el referido centro sucedió todo lo contrario a la instancia municipal. Desde las dificultades para conseguir una silla de ruedas hasta la incorrecta atención y el hecho de mandarlo para la casa sin una ostensible mejoría, narraba la hija.
El resultado fue que tuvo que recalar el paciente, una vez más, en la instancia de su municipio, donde volvió a observarse un adecuado seguimiento, aunque los malestares continuaban al momento de escribirnos Angélica.
Al respecto contesta el doctor Juan Luis Marcelo Pentón, director de Salud Pública en tierra yayabera. Explica el doctor Juan Luis que, luego de una intensa investigación a cargo de la comisión designada a tal efecto, se constató que existía disponibilidad de sillas de ruedas y camillas para la movilización de los pacientes; fueron los problemas organizativos los que propiciaron la deficiente atención y, por ende, la insatisfacción de la familia.
Asimismo señala el galeno que la referida institución se halla en un arduo proceso de reparación y mantenimiento constructivo, «lo que no permite que se cumpla el flujo diseñado para un adecuado funcionamiento»; no obstante, el papá de la remitente «fue trasladado en silla de ruedas al Cuerpo de Guardia y a la Sala de observación, respectivamente».
Hubo evidentes «dificultades con la calidad de la asistencia médica y de enfermería, identificándose violaciones en los protocolos de actuación de los médicos que atendieron al paciente en los dos momentos, además de los problemas administrativos y de control e incumplimientos de funciones inherentes a cuadros de la institución», reconoce el directivo. Y apunta que se tomaron las siguientes medidas disciplinarias:
•«Al Jefe de Servicio de Cuerpo de Guardia, amonestación pública ante el colectivo de trabajadores.
•Al Jefe de Turno del Cuerpo de Guardia, separación definitiva de la entidad.
•Al Jefe de la Guardia de Medicina Interna del día 2 de noviembre de 2016, separación definitiva de la entidad.
•Al residente que siguió el caso en la sala de observación del Cuerpo de Guardia, en ocasión de su ingreso allí el 2 de noviembre de 2016, y al residente que egresó al paciente el 3 de noviembre de 2016 a las 7:00 a.m., multas del 25 por ciento del salario.
•A la Jefa de Enfermería de la Sala 4F, amonestación pública ante el colectivo de trabajadores.
•A la enfermera del turno 11-7, del día 27 de noviembre de 2016 y al enfermero de turno de Cuerpo de Guardia de observaciones, multas del 25 por ciento del salario.
•Al Jefe del Servicio de Geriatría, amonestación pública, ante el colectivo de trabajadores.
•Al Jefe de la guardia de Medicina Interna del día 27 de noviembre de 2016, un señalamiento crítico ante el colectivo de trabajo donde se desempeña.
•Al especialista de Geriatría a cargo de la asistencia médica del paciente en ocasión de su segundo ingreso en la sala 4F, una multa del 25 por ciento del salario».
Finaliza la autocrítica respuesta del Director Provincial, que mucho agradezco, calificando la queja «con razón» e informando que se le ofrecieron todos los detalles y argumentos de lo investigado y ejecutado a la promovente, quien mostró conformidad.