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Joven Club respondió, falta Etecsa

El pasado 22 de diciembre, desde Alberro, en el municipio habanero del Cotorro, María Victoria Robles confesó su sospecha de que habían sido «hackeadas» las respectivas cuentas de internet de ella y de su hija, pues se cerraron por falta de saldo, teniendo más de cinco horas cada una.

Decía que las cuentas, abiertas en enero de 2016, las usaban en la sala de navegación del Joven Club del Cotorro. Y la anomalía del cierre de estas y la sospecha del «hackeo», las plantearon en el Palacio de Computación. Allí las remitieron a la Directora provincial de los Joven Club, a quien no habían podido ver, pese a ir varias veces, señalaba María Victoria.

Fue también a la sede de Etecsa en Águila y Dragones. Allí le sacaron un estado de su cuenta en un rango de tiempo y le dijeron que había cuatro personas usándola y en noviembre había sido recargada con tarjeta prepago. Le quedaban 35 minutos y la usaban en móviles desde distintos sitios. Le indicaron realizar la denuncia policial por estafa y violación de la seguridad informática.

Fueron al telepunto de Obispo. Sacaron el estado de cuenta de la hija y arrojó lo mismo: la usaban varias personas, con la diferencia de que esta no había sido recargada con tarjetas prepago. Volvieron a sacar el estado de las cuentas, y raramente solo aparecían trazas: en la de la hija desde julio y en la de la madre desde septiembre, que fue el último mes cuando la usó. Pero en el estado de cuenta de ambas sale que han sido recargadas en telepuntos, desde que se crearon el 14 de diciembre de 2015.

«De ser así, decía, ¿adónde fue a parar el dinero? No aparecen las trazas, pero nosotras tenemos pruebas de que las hemos usado todos los meses». Una es irrefutable: en junio, las páginas de Facebook fueron bloqueadas porque se detectó que ambas eran usadas por más de una persona. También, prueba de que sí usaban internet son los datos de ellas registrados en el Joven Club del Cotorro.

La operadora del telepunto de Obispo les dijo que lo denunciaran a la policía y que la cuenta de la madre estaba más complicada, pero no dijo por qué. Y más: «Que las cuentas había que cancelarlas, hacerlas nuevas y volverlas a pagar. Que para cancelarlas había que hacer la denuncia primero, porque al cancelarlas los datos se perdían. Y nos entregaron un montón de papeles que miro y nada me dicen.

«La información que nos dieron, de nada me sirve, porque no es concreta. Mi hija y yo no podemos ir a la PNR a denunciar fantasmas. Los datos que necesitamos, según nos dicen, solo nos los puede dar la Directora provincial de  Joven Club, esa que no encuentro».

Responde Alexander Díaz Meriño, comunicador institucional de la Dirección Nacional de Joven Club, que en los locales de esa entidad donde se brinda el servicio de navegación y correo Nauta, Etecsa gestiona la seguridad, la conectividad, el sistema operativo y el antivirus. La plataforma Nauta está montada en una red independiente a la de Joven Club.

«Joven Club —aclara— no tiene acceso a las contraseñas de las cuentas de los usuarios, puesto que los contratos son realizados directamente en las oficinas de Etecsa y solo ellos tienen acceso a la base de datos de registros, al cambio de contraseña, activación y desactivación de las cuentas y su control de trazas».

Y aduce que la red de Joven Club, donde se gestionan los servicios de la organización, cuenta con la trazabilidad de todo lo que sucede a lo interno. Posee un Firewall de la distribución PFsense Linux en cada Joven Club con conectividad, para brindar seguridad a la red. Los sistemas operativos que se usan son Windows 7, Servicepak 1 o superior, actualizando los parches de seguridad de Microsoft.

El antivirus, añade, es Segurmática, en su última versión 1.72. Se actualiza diariamente, cumpliendo con el artículo 50 de la Resolución 127/2007, emitida por el Ministerio de las Comunicaciones.

Afirma que los Joven Club no han perdido la función por la que fueron creados hace 30 años por Fidel: ser la computadora de la familia cubana. «La aplicación del pensamiento de Fidel nos ha permitido ser una organización querida por todos; las ideas fundacionales relacionadas con la instrucción informática del pueblo fueron cumplidas: los más de 4,5 millones de graduados en diferentes cursos así lo demuestran. El servicio de cursos a las personas naturales se mantiene de forma gratuita. Hoy los niños son nuestros clientes más fieles y se trabaja por mantenerles propuestas atractivas y educativas, para que mantengan una recreación sana», concluye.

Agradezco el esclarecimiento, y esperamos que Etecsa responda al respecto.

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