Acuse de recibo
Los capitalinos Ivonne Villegas Fernández y Hugo Díaz Báez (9na. No. 28201, Apto. 2, entre 282 y 284, Santa Fe) ya no saben qué hacer para que se respete su derecho. Desde septiembre de 2015 presentaron sendas cartas en las direcciones municipales de Vivienda (DMV) y de Planificación Física (DMPF) de Playa, en las que solicitaban el desmantelamiento de un carpoch ilegal construido ¡25 años atrás! en el área común del edificio al cual se mudaron hace poco.
Gran humedad en las paredes, moho, caída del repello, abofamiento y rajaduras, son las consecuencias que padecen en su vivienda los remitentes, como resultado del agua que les cae del techo de la citada construcción ilegal.
La Dirección Técnica de la DMV les entregó a los afectados, de manera muy eficiente, un dictamen sobre tales daños. Esto fue el 14 de octubre de 2015.
En el mismo mes llevaron los capitalinos dicho dictamen a la Dirección de Edificios Múltiples. «Nos presentamos ahí en más de 25 ocasiones. Fue una odisea; tuvimos que hacer el mismo cuento más de siete veces, y en ocasiones a la misma persona, y para que el inspector visitara la casa fue otro obstáculo, a pesar de que le dimos la facilidad de llevarlo y traerlo», evocan.
Finalmente la inspección se produjo el 28 de noviembre. El controlador, según narran los lectores, pudo ver las afectaciones, lo ilegal de la mencionada construcción, tomó nota de todo y ellos le firmaron el documento correspondiente. «Él tenía que haber visitado los demás apartamentos, pero no lo hizo, y al cabo del mes, después de caerle atrás semana por semana, el 26 de diciembre se vuelve a presentar en el edificio, porque tenía que informarles a los vecinos sobre esa obra de origen ilegal y tomar declaraciones», relatan Ivonne y Hugo.
Después de una larga espera y muchas gestiones, la Dirección de Edificios Múltiples les entregó a los demandantes el documento pertinente el 9 de marzo. Dicho legajo sería remitido por la propia entidad a la instancia de Planificación Física en el municipio.
Pasaron dos meses. Cuando el 9 de mayo la pareja habanera se presentó en la DMPF y conversaron con el Director, «¡ellos desconocían del caso!». Sobrevinieron nuevos trámites y angustias. Al fin, cuentan los remitentes, el 12 de mayo dos inspectoras les entregaron una «obligación de hacer en 72 horas». Igualmente, «realizaron una visita a la encargada del edificio para comunicarle lo que se iba a ejecutar». Ella debía informarles a los demás vecinos del procedimiento, pero, en lugar de eso, refieren los dolientes, «se proyectó hacia las inspectoras con amenazas, palabras obscenas (…). Todo ello ha conllevado a grandes conflictos y desavenencias entre los vecinos de los apartamentos 1, 5 y 6, los cuales no se encuentran afectados y se rehúsan al desmantelamiento».
El 15 de mayo se iba a ejecutar el desarme del carpoch, pero varios vecinos de los tres apartamentos mencionados se unieron, faltando el respeto incluso a representantes de instituciones del Estado y hasta tuvieron que intervenir agentes del orden, rememoran los lectores.
Cuatro días más tarde, se entrevistaron Hugo e Ivonne con el Vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal que atiende Construcción. Él les argumentó «que el desmantelamiento iba a ser realizado por el Grupo de Enfrentamiento. Le preguntamos de qué fecha estábamos hablando y nos explica que hay una serie de pasos un poco complicados y que hay que esperar».
A la fecha de escribirnos (18 de agosto pasado), los afectados aún no habían recibido respuesta alguna. Y lo que es aún más peligroso, habían tenido que acudir dos veces a la PNR, para denunciar amenazas de sus vecinos.
Los procedimientos para desarticular lo que el tiempo (¡25 años!) ha dotado con cierto viso de legitimidad, aunque no sea legal, siempre son bastante complejos. Hay muchos intereses y sensibilidades en juego. Pero en opinión de este redactor, si lo narrado por Ivonne y Hugo es exacto, alguna solución hay que hallar, para que su vivienda no resulte impunemente afectada. Y mucho menos, que queden ellos como villanos siendo las víctimas.