Acuse de recibo
A una cruzada por rescatar el esplendor que otrora tuviera la cafetería conocida como Super Lunch, ubicada en la intersección de Camagüey y Blanquita, en el Casino Deportivo, llamaba aquí el pasado 13 de junio el capitalino Carlos A. Villanueva Morgado (ave. Camagüey, No. 11022, entre Pastora y 9na., Casino Deportivo, Consejo Armada, Cerro).
«El lugar se ha convertido en una venta de bebidas alcohólicas las 24 horas del día, con una higiene deplorable, personas borrachas que hacen sus necesidades en plena vía pública cerca del sitio, animales que entran y salen, reducción de los espacios comercializables», se dolía el lector.
La entidad había comenzado a vender algunos alimentos como pizzas, dulces y jugos; pero la fetidez y el mal ambiente reinante no hacían placentero el consumo allí, aseveraba el remitente, vecino del centro desde el lejano 1957.
A propósito contesta Inés Álvarez Guerra, directora (por sustitución reglamentaria) de la Empresa Provincial de Gastronomía de La Habana (EPGH). Comenta Inés que tras la publicación de la queja lo primero que se efectuó fue una inspección sorpresiva al centro. En ella se pudo observar una higiene favorable, tanto en áreas interiores como exteriores, la no existencia de consumidores ingiriendo bebidas alcohólicas y la venta de ron por botellas, no por tragos.
Posteriormente se contactó con los responsables de la Unidad Básica correspondiente y se accedió a una detallada investigación del asunto. Basándose en dicha indagación, apunta la directiva que en entrevistas efectuadas a factores de la comunidad y vecinos de la zona, estos sostienen que la instalación se encontraba debidamente pintada, organizada y con una excelente limpieza en todas sus áreas.
Asimismo, refiere que el trato de los empleados, según los entrevistados, es igualmente correcto. Se manifiesta que la imagen del lugar ha cambiado desde hace aproximadamente un año (la respuesta está fechada en septiembre, aunque se reenvió a JR el 28 de octubre) y que no expende bebidas alcohólicas por tragos. Esto último responde a una medida de la Unidad Básica para evitar desagradables incidentes. Entre los criterios de los encuestados también se apunta que no existe fetidez en el lugar, ni animales rondando, señala la funcionaria.
Con todos los elementos obtenidos por la Unidad Básica, fue visitado el consumidor Carlos A. Villanueva Morgado y este planteó que cuando se refirió a las áreas no comercializadas era porque se había perdido la infraestructura original. Expresó «que dicha carta la había escrito hacía varios meses y lo que sí podía decir era que existía alguna mejora en la limpieza, aunque la problemática mayor era en el portal; refiere que desconocía el cambio de administración de la unidad y de las mejoras de esta, así como (…) de la medida adoptada de no vender ron al detalle (tragos). (…) Mantenía que se debían rescatar espacios originales que poseía la unidad…».
Agradezco la misiva. Alegra saber que el cuadro pintado por el lector en su carta, a juzgar por la respuesta, distaba mucho de la realidad. En todo caso aclaramos que la misiva de Carlos llegó a JR el 6 de mayo y se publicó el 13 de junio. A menos que en la cafetería hubieran transformado muy rápido el estado reinante, la observación del cliente fue imprecisa. No obstante, es importante saber que Super Lunch puede seguir aspirando a Super. Ojalá por mucho tiempo.
Las últimas líneas de hoy —en importancia, las primeras— son para felicitar a nuestros maestros y trabajadores del sector educacional. Ningún empeño llega a puerto seguro sin el amor de los maestros. Gracias.