Acuse de recibo
Un problema que afecta a colaboradores cubanos de la misión agroalimentaria en Venezuela, lo revela uno de ellos, el ingeniero y máster en ciencias Rafael Martín Fernández, residente en el reparto Agropecuaria Militar, de Consolación del Sur, en la provincia de Pinar del Río.
Cuenta Rafael que cada colaborador firma un contrato con Catec, la comercializadora de servicios técnicos del Ministerio de la Agricultura, en el cual se plasman los deberes y derechos de ambas partes. En el documento se puntualiza que el 40 por ciento del importe de los gastos de vida estipulados le será depositado a cada colaborador en CUC en el banco en Cuba. De ello cada quien, si lo estima, fija una cuantía para entregar mensualmente a un beneficiario. Pero lo contratado referente al depósito del dinero no se está cumpliendo desde junio de 2013 —subraya—, y por ello ningún familiar ha podido extraer la cifra pactada mensualmente.
Lo peor es que muchos colaboradores, después de 23 meses en Venezuela cumpliendo su misión, han llegado al país y se han encontrado que la cuenta bancaria contratada está prácticamente vacía. Precisa Rafael que el contrato tiene estipulado el pago mensual y una cláusula expresa que cualquier cambio de lo pactado por alguna de las partes ha de ser informado con 30 días de antelación a su ejecución. «Y no se ha ejecutado ni lo uno ni lo otro, enfatiza. Cuando se incumple un contrato, ¿qué derechos tiene el afectado y qué obligaciones el incumplidor?».
Asegura Rafael que, según indagaciones hechas por su esposa, colaboradores de las misiones, excepto los de la Agricultura, están recibiendo sus depósitos en el banco de Consolación del Sur. El remitente recuerda que, en carta con similar motivo enviada a esta sección el 20 de agosto de 2013, me refería a que solo habían depositado dinero hasta octubre de 2012. Ahora explica que en noviembre de 2013 depositaron lo correspondiente hasta junio de ese año. «Es decir, nuestra familia hace nueve meses que no puede recibir esos beneficios, al igual que otros colaboradores que retornan».
Precisa que lo han planteado a los responsables de la colaboración cubana en el territorio donde están (parroquia Calabozo, municipio Francisco de Miranda, estado Guárico), quienes lo han elevado a nivel de misión, pero en ningún momento les han explicado cuándo se estabilizarán los pagos y ellos no han dejado de trabajar.
El doctor Karel Grave de Peralta, residente en avenida 27 No. 2010-A, en la mayabequense localidad de Jaruco, cumplió misión como colaborador en Venezuela. Y de vuelta, intentó comprar con su tarjeta magnética en tiendas en moneda libremente convertible en La Habana.
Cuenta que la ferretería de la tienda por departamentos Ultra, sita en la parte externa de esa unidad comercial, no cuenta con el servicio de Pos para tarjetas. Él fue hasta la tienda principal, en cuya planta baja hay uno de esos equipos registradores. Pero no tenía papel. Tuvo que subir al último piso a la sección de electrodomésticos y al departamento Todo por Uno, pero la falta de papel frustró la compra.
Lo peor le sucedió en una conocida ferretería de Infanta, junto al cine Astral, y en La Cubana (antigua Feito y Cabezón). En la primera le dijeron que no contaban con ese servicio. Fue a la segunda, donde en el departamento superior, de Herramientas, le informaron que «los aparaticos están puestos, pero no tienen señal». Karel preguntó en el piso inferior y allí le dijeron que sí funcionaban. Subió de nuevo y no estaba quien se lo había negado. Otra persona le confirmó que sí funcionaba, pero no en específico el de ese departamento. Por ello le anotó en un papelito el importe de la compra.
Al bajar, Karel le solicitó al vendedor de la parte derecha que le pasara la tarjeta y le diera el comprobante, y este le respondió que «eso no se puede hacer porque son departamentos diferentes». Ya molesto, preguntó por el gerente para que le explicara por qué si en Ultra, una tienda por departamentos, todos operan con un solo Pos, eso no era posible en La Cubana. Y fue cuando le tomaron la tarjeta y lo atendieron como debió ser desde un principio.
No es la primera vez que irrumpe la negativa con los Pos en las tiendas en divisas. ¿Por qué se niega ese servicio si nuestros colaboradores hacen la mayoría de sus compras con tarjeta magnética? En esta segunda historia, dificultad para comprar con la tarjeta. En la primera, morosidad en situar el dinero, más que reflejado muchas veces aquí.