Acuse de recibo
El duro oficio del carbón, tronco a tronco formando un volcán ardiente, no es tarea de simpleza. Hay que dejar más que la piel de las manos y el sueño de muchas noches, para que no se malogre el trabajo. Por eso el pago a quienes se dedican a elaborar el antiquísimo combustible de madera debe ser como la brasa oportuna: en caliente.
Al cuentapropista «elaborador-vendedor de carbón vegetal con calidad exportable» Cirilo Bringas García (calle César Suárez No. 32, La Carretera, Amancio, Las Tunas) se le han enfriado los ánimos, como un tizón al que echaran hielo.
Sucede que Cirilo, quien fabrica carbón desde hace dos años, vendía habitualmente su producción a la Empresa Citrícola de Ciego de Ávila, que tiene representación en Amancio. El precio ajustado mediante contrato era de «un peso en moneda nacional por cada kilogramo de carbón y 0,02 CUC por cada kilogramo como estimulación». El procedimiento, explica el remitente, estaba avalado por las normas legales vigentes para establecer convenios entre empresas estatales y personas naturales.
Pero en el mes de marzo de 2012, la empresa citrícola avileña, por diversas circunstancias, suspendió las compras. Por tal motivo, Cirilo se dirigió a la UEB Forestal Amancio, en la que se entrevistó con su director. En dicho diálogo, el dirigente le aseguró al productor que su centro tenía «un contrato especial con los cuentapropistas» para comprar el carbón a los mismos precios que se le pagaban en la otra entidad: un peso MN y 0,02 CUC por cada kilogramo.
«Me dice que este contrato lo venía ejerciendo desde enero de 2012, sin problema alguno, estando en las condiciones de asumir todo el carbón de los cuentapropistas que quisieran efectuar contratos en dicha empresa», evoca el veterano carbonero.
Viendo estas condiciones, el 26 de marzo de 2012 Cirilo suscribió el contrato con la institución forestal. Y entre ese mes y el de abril entregó la cantidad de 41 738 kilogramos de carbón exportable.
En mayo, tras no recibir aún los pagos de lo entregado, el carbonero decidió no entregar más hasta que no fuera saldado el atraso, «a pesar de que ellos estaban solicitando más producciones. Después de reiterados reclamos efectuaron el pago en moneda nacional... en julio, correspondiente a la producción de marzo, y en agosto pagaron el mes de abril… Con respecto a los CUC se me plantea que posteriormente me pagarían los 0,02 CUC por cada kilogramo, como se había contratado», rememora el productor.
Y añade que en septiembre, en visita del director provincial de dicha entidad al municipio, «este planteó que esta estimulación en divisa no se podía efectuar porque no habían encontrado la manera de realizar dicho pago; que se habían equivocado y que los pagos efectuados en enero y febrero en CUC a los otros cuentapropistas eran indebidos.
«Puede imaginarse la decepción que siente un trabajador cuando luego de meses de espera se le comunica sencillamente que no se le puede pagar lo acordado», precisó.
Cirilo se dirigió al bufete colectivo para demandar a la UEB Forestal Amancio, y el tribunal provincial declaró sin lugar la reclamación alegando «que no se encontraban en el contrato de trabajo los 0,02 CUC», refirió el tunero, quien agrega que él considera que la estimulación puede o no estar en el contrato, lo cual indica que evidentemente confió en lo acordado.
A su indignación Cirilo une varias preguntas, entre estas las siguientes: ¿Quién puede decir que la empresa ha actuado de buena fe, cuando aún en mayo solicitaban producciones de carbón? ¿Será acaso que todavía no se habían dado cuenta de sus errores?
Con una simple multiplicación, que tan bien sabemos los cubanos, cualquiera advierte que no estamos hablando de menudencias. El negrísimo carbón, cuando es bueno, da una flama impecable. Así han de llegar, a este veterano, las explicaciones que le corresponden.