Acuse de recibo
El reordenamiento laboral para reducir plantillas infladas que pervivieron como fardo económico, hay que asumirlo con responsabilidad y respeto hacia los trabajadores implicados. Y el Sindicato debe ser garante activo de la justicia y la transparencia en el mismo.
Liuba Velázquez (Avenida de Cárdenas No. 324, altos, Banes, Holguín) desempeñó durante tres años la plaza de informática en la Agencia de Correos Banes, subordinada a la Dirección Territorial de Correos Holguín. Y como parte del reordenamiento, el 17 de enero pasado la directora territorial de Correos en esa provincia, le comunicó a Liuba que quedaba disponible, pues su plaza se amortizaba.
Consigna la afectada que la Empresa le hizo dos propuestas de reubicación: una de gestora comercial postal en la unidad de Correos Banes, y la otra como instructora del Joven Club 1 de esa localidad. Las dos propuestas, precisa, le fueron entregadas por la Directora, al notificarle la disponibilidad, en documento escrito que obra en su poder.
Tal y como establece la ley, dentro de los cinco días establecidos, Liuba optó por la plaza de instructora en el Joven Club. Fue a la ciudad de Holguín, donde la directora territorial de Correos le entregó la documentación para el traspaso de Correos a aquella empresa.
La sorpresa fue cuando llegó al Joven Club 1 en Banes. Allí, la directora le informó que poseía varias plazas disponibles, pero en esos momentos solo tenía aprobada una de auxiliar general en el Joven Club del poblado de Macabí, a unos 11 kilómetros de la cabecera municipal.
Al percatarse del cambio entre lo ofrecido al declarársele disponible y lo que resultó, Liuba acudió a la secretaria del Sindicato de las Comunicaciones en Banes, para mostrarle su inconformidad por sentirse engañada, y en busca de un esclarecimiento.
«Ella escuchó mi inconformidad con la plaza que ahora se me ofrecía —dice—, y estableció comunicación con la secretaria general del Sindicato Provincial de las Comunicaciones, a quien en mi presencia trasladó la inquietud. Esta le solicitó un tiempo para analizar y esclarecer mi preocupación».
Según lo contado por Liuba, «al otro día, como prometió, (la secretaria general del Sindicato Provincial) respondió a la secretaria del Sindicato de las Comunicaciones en Banes que, una vez investigada la queja con los factores implicados, la única solución era, así de sencillo, que ocupara la plaza de Macabí, y punto. Nada más podía hacerse. Que incluso ella había canalizado la preocupación con el director provincial de los Joven Club, y nada se había podido hacer o resolver.
«Por no perder mi ubicación laboral mientras estableciera reclamación formal de mi queja, opté por incorporarme como auxiliar general al Joven Club de Macabí, a sabiendas del sacrificio personal que impone trasladarse 11 kilómetros, con un transporte a veces inexistente.
«Los días pasan y observo que no existe interés de los implicados en resolver la situación que ellos crearon con mi ubicación laboral. ¿De dónde salió la plaza de instructora en el Joven Club 1 de Banes que la directora territorial de Correos en Holguín me ofertó en documento escrito?
«¿Por qué si se me ofrece una plaza de instructora —con salario incluido en el documento que me entregan—, luego se me cambia por una de auxiliar con afectación salarial? ¿Por qué si en la Dirección de Joven Club de Banes existen varias plazas por cubrir en estos momentos, como la que se me ofertó, no se me da alguna de ellas? ¿De quién o de quiénes depende la autorización para ello?
«Al igual que a mí, a otras dos compañeras del Correo en Banes se les ofertaron plazas similares a la mía en el Joven Club, el día que se les informó su disponibilidad. Gracias a que no optaron por estas, hoy no están pasando por lo mismo que yo. ¿Qué hubiera pasado de ellas haber aceptado las plazas que se les ofertaron, y que hoy, como mi caso lo demuestra, realmente no existían?
«No concibo que en un proceso como el de la disponibilidad, que demanda sensibilidad y comunicación, se me trate con superficialidad y poca profesionalidad por quienes debían ocuparse de atender y dar respuesta a mi reclamación», concluye Liuba.