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Mitad de menores de cinco años en Guatemala sufren desnutrición crónica

Autor:

Juventud Rebelde

Ciudad de Guatemala, septiembre 27. — La desnutrición crónica afecta hoy a aproximadamente un 50 por ciento de los menores de cinco años en Guatemala, la tasa más alta de América Latina, ratificó un informe oficial, según reportó Prensa Latina.

Expertos del Instituto de Centroamérica y Panamá (Incap) informaron que las medidas implementadas en el país solo lograron reducir la desnutrición crónica en 17 puntos porcentuales en los últimos 50 años, y advirtieron que, de continuar esta tendencia, el país tardaría décadas en alcanzar los niveles de países vecinos como El Salvador y Honduras.

Durante la presentación del informe por el 75 aniversario de la entidad, se destacó que Guatemala enfrenta una doble carga: además de la desnutrición, la obesidad y el sobrepeso están en aumento, afectando al 70% de la población adulta. Esta situación ha incrementado las tasas de enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes y enfermedades cerebrovasculares, según los resultados del estudio «Desagregación de indicadores sobre el estado nutricional materno e infantil en municipios de Guatemala».

En el simposio, varios participantes subrayaron la importancia de implementar políticas públicas más específicas y adaptadas a las realidades locales. Consideraron esencial la colaboración entre el gobierno, la sociedad civil y los organismos internacionales para abordar el problema de manera integral, según reportes de prensa.

La administración del presidente Bernardo Arévalo, que asumió en enero, se comprometió a reducir los índices de desnutrición infantil mediante decisiones colectivas y una política económica de desarrollo. En la primera reunión del Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional en febrero, el presidente calificó de inaceptable que el 50% de los niños menores de cinco años sufran esta enfermedad prevenible. Arévalo afirmó que la desnutrición aguda es la señal más clara del fracaso de una sociedad y de la inutilidad del Estado, cuya autoridad no puede justificarse si no impide la pérdida de vidas por causas evitables.

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