Acuse de recibo
Dos veces se asomó a la opinión pública desde esta sección el caso de la granmense Ana Roselvis Jorge González. La residente en San Felipe, Buey Arriba, clamaba por reparaciones para su vivienda de madera, guano y piso de tierra, con dos horcones hundidos; en la que además cuidaba a su tío, afectado mental, en un cuarto con goteras.
La Dirección Provincial de Vivienda, según nos cuenta su máximo directivo, José Hilario Rodríguez Macurant, comenzó a poner fin a aquel suplicio. «Al tenerse pleno dominio de la situación del enfermo —explica José Hilario— se ejecutaron de manera rápida y efectiva acciones entre las que figuran la reparación de su cuarto, se le puso techo nuevo y piso pulido; (...) todo esto llevado a efecto por una brigada creada en su propio Consejo Popular, con su Presidente a la cabeza y los recursos que entregó la Dirección Municipal de la Vivienda».
Además de ello, explica, la empresa forestal del territorio, «garantizó la entrega de la madera suficiente para la reparación del techo». De todas formas, para el arreglo total del inmueble, «Ana Roselvis tendrá que esperar un poco más, a que resulte seleccionada por la Comisión de Construcción de su Circunscripción, atendiendo a las prioridades que esta otorgue y a los recursos de que se disponga».
Otra de viviendaTambién desde la Dirección Provincial de Vivienda de Santiago de Cuba llega respuesta a esta página. Gilberto Romero Saunder, su director, acude ante la solicitud de Oneida Carrión, vecina de San Luis que cedió su casa en 1987 para la construcción de un consultorio médico y ha afrontado disímiles complicaciones con el inmueble que le entregaron entonces a cambio.
En el momento del trámite, aclara Gilberto, se le entregó a Oneida una vivienda de paredes de madera y techo de zinc, similar en ese aspecto a la que poseía, pero más amplia en 20,35 metros cuadrados.
Reconoce el directivo que «en aquellos momentos debieron realizarse algunas acciones al inmueble, pero nunca llegaron a materializarse; pasaron los duros años del período especial y todo quedó ahí. Han transcurrido 21 años y la vivienda en este tiempo se ha deteriorado sensiblemente en la cubierta y el lateral derecho».
A fines de 2005 —continúa Gilberto— «la compañera se presentó en la Dirección Municipal de la Vivienda con el objetivo de legalizar su inmueble y lograr a su vez la reparación del mismo». Su primer objetivo se logró pero «no fue posible incorporarla en los planes constructivos del 2006 y 2007».
A partir de los análisis realizados en el territorio sobre el caso de Oneida «y sus méritos laborales como enfermera del Hospital de San Luis, el Consejo de la Administración Municipal tomó un acuerdo, en junio del presente año, de patrocinar con el CAI Paquito Rosales la rehabilitación del inmueble, que debe iniciarse en este trimestre y para lo cual «comenzará la asignación de recursos a la empresa azucarera que apoya al Programa de la Vivienda con sus fuerzas en ese lugar. Todo esto es de conocimiento de la demandante y será objeto de seguimiento por nuestra Dirección Provincial y factores del territorio», concluye Gilberto.
Ojalá tan ágil como la respuesta, que agradecemos, llegue la solución final para Oneida y no sobrevengan las trabas que tantas veces han dificultados casos como este.
Valle del vertederoLa aguas de esta imagen, desde hace tres meses les han aguado y apestado la vida a los vecinos del lugar. Se trata de una fosa que esta vertiendo en la calle 25 No. 1528 e/ 22 y 24, Nuevo Vedado, en el capitalino municipio de Plaza de la Revolución. Así lo informa Vicente Rodríguez Galano, residente en calle 24 No. 413 e/ 23 y 25, quien refiere innumerables gestiones por parte de la delegada del Poder Popular y los residentes del sitio para que Aguas de La Habana venga a solucionar el problema. Lo peor es que a unos metros del vertedero se encuentra el Círculo Infantil Valle de la Ternura. Y el riesgo de contaminación se extiende...
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