Acuse de recibo
La proliferación de vertederos de desechos a la vuelta de cualquier esquina de la gran ciudad es también un reflejo del nivel de indisciplina social que vivimos. Lo corroboran dos respuestas enviadas por Mariana Hechavarría, jefa de Divulgación de la Dirección Provincial de Servicios Comunales en Ciudad de La Habana.
La primera de las respuestas es a propósito de lo denunciado aquí el pasado 10 de junio por Antonio Sosa, un lector quien se duele por el deterioro que sufre el tradicional Parque del Obrero de Regla, comprendido entre las calles Ortiz, Perdomo, Alburquerque y Benito Anido.
Denunciaba Sosa que, aparte de la destrucción que presenta en cuanto a bancos, farolas, pavimento y canteros, una de las esquinas del parque acogía tranquilamente un basurero donde las personas lanzaban todo tipo de desechos.
Al respecto señala Mariana que en ese territorio capitalino la recogida de basura es convencional, como en los viejos tiempos: los vecinos deben situar la basura en bolsas o envases al frente de sus casas a determinadas horas, cuando se procede a la recogida. Pero los vecinos transgreden las normas y botan todo lo que se les ocurre en esa esquina del parque, a pesar de todas las exhortaciones que se les han hecho.
También aclara la funcionaria que el parque ha sufrido hundimiento, con posibilidad de derrumbe de su estructura constructiva. El caso lleva una inversión ingeniera por parte de Recursos Hidráulicos, ya que pasa por debajo el río Tadeo, al que fluyen los desagües del Consejo Popular Regla Loma. Y debido a que no se puede ejecutar la misma en un corto o mediano plazo, se acordó la baja técnica por el Gobierno municipal.
La segunda respuesta de Mariana es a la queja de María Elena Cué, reflejada aquí el pasado 15 de junio, con respecto al vertedero que se fue formando en la esquina de calle 186 y avenida 37, en La Lisa.
María Elena señalaba que Comunales estuvo recogiendo la basura de ese vertedero una o dos veces por semana, pero ya hacía más de un mes que no lo hacía. Y de acuerdo con lo que le habían dicho, no había personal ni transporte para erradicarlo: se había solicitado ayuda a otros municipios y no habían tenido respuesta aún.
A propósito refiere Mariana que el vicedirector de Comunales en el municipio visitó a María Elena y le explicó que hay déficit de equipamiento, pero se cuenta con el apoyo de otros organismos y en la provincia hay pelotones con equipos mecanizados para apoyar casos como ese. Lo que hay es que organizar el trabajo.
En el caso concreto, la Dirección provincial analizó que, ante la rotura del equipo de recogida, no hubo por parte del municipio una solución alternativa y se registraron retrasos, con el consiguiente incremento de los volúmenes de escombros, imposibles ya de recoger a mano. En tal sentido hubo un señalamiento crítico para la jefa de la Zona, responsable máxima de no haber alertado.
Y agrega que si bien se reconoció la debilidad administrativa, lo cierto es que la comunidad debe colaborar más, pues aun cuando la recogida allí es convencional y los vecinos deben situar la basura envasada frente a sus casas después de las 6:00 p.m., constantemente se generan microvertederos por indisciplina.
El caso de la esquina ya quedó resuelto, porque el terreno es utilizado en la ejecución de una micro social, pero Servicios Comunales llama a los ciudadanos a preservar más el entorno de la ciudad.
Y si de exhortaciones se trata, la vida ha demostrado que son válidas y necesarias, pero insuficientes para el grado de deterioro de la urbanidad y el respeto medioambiental que vivimos.
Hacen falta también rigor y coerción por parte de las autoridades, para que los desmedidos frenen sus excesos mientras nos revisamos como sociedad, para investigar algo muy serio: ¿Por qué no logramos una verdadera cultura medioambiental, ni alcanzamos la verde esperanza de que los cubanos seamos más sensibles y respetuosos al respecto?