Acuse de recibo
Por lo general, las críticas reflejadas aquí tienen mucho fundamento real, por más ornamentos pasionales o imprecisiones que les impriman sus remitentes. No hay más que leer luego las respuestas institucionales para confirmarlo. El de hoy es uno de esos casos:
Rolando Rodríguez Royero, director provincial de Educación en Villa Clara, esclarece las censuras sobre la desastrosa reparación de la secundaria básica Osvaldo Herrera, de la ciudad de Santa Clara, vertidas aquí el pasado 20 de abril. El funcionario confirma lo fustigado entonces por Andreslay Orta, un profesor de esa institución docente. Y va más allá, hurgando en todos los relieves críticos e irregularidades del asunto.
El profesor había alertado sobre la chapucera restauración del patrimonial inmueble de la escuela, situado frente al céntrico parque Leoncio Vidal, de la ciudad. Narraba el desastre a simple vista, al punto de que a pocos meses de concluida la reparación, ya había varios locales con peligro de derrumbe y otros sin ventanas, tupiciones en el sistema de desagüe, con la consiguiente reventazón de paredes, y otras barbaridades.
Con todo lo que costó.
Y ahora el director reconoce que esa reparación estuvo plagada de errores: dificultades con los proyectos, inadecuada preparación técnica, un suministro de materiales y soluciones técnicas que no tuvieron en cuenta el carácter patrimonial del edificio, inestabilidad en el seguimiento, exigencia y control por parte del inversionista de la obra, chapucería, problemas organizativos y falta de control de los ejecutores. Más claro ni el agua.
El funcionario asegura que también existieron dificultades en la organización interna del centro, que contribuyeron al deterioro de los recursos asignados, y escaso cuidado de la propiedad social, junto a la falta de mantenimiento.
«De lo ocurrido en ese centro —apunta Rodríguez Royero— se han sacado las experiencias necesarias, realizando un profundo análisis con todos los factores implicados, del cual se han derivado medidas y acciones concretas para que no vuelvan a repetirse en todo el proceso inversionista de las obras que se van a ejecutar».
E informa que se le dará solución a todo este embrollo con la calidad y el rigor requeridos, luego de un levantamiento que se hizo de los problemas y de los recursos necesarios para enmendarlos, los cuales ya están asignados. Se coordinó con la Dirección de Patrimonio para las soluciones técnicas. Desde el pasado dos de julio ya se trabaja en la escuela.
Asimismo, se discutió con la dirección del plantel los problemas organizativos y las medidas para asegurar en el futuro curso escolar la adecuada organización y el cuidado de la propiedad social.
Agradezco la esclarecedora respuesta de Rodríguez Royero, y la voluntad de Educación en Villa Clara por revertir tal fenómeno, para que se le haga justicia a la Osvaldo Herrera. Solo lamento que nunca se señalara cuál entidad fue la ejecutora de tal disparate y a quién correspondió la responsabilidad inversionista, que no menos yerros tuvo. Los escasos recursos del Estado, del pueblo, no pueden dilapidarse así como así, y que nada suceda.
Y desde Jovellanos, en la provincia de Matanzas, me escribe la doctora Maleybis Pérez Camacho, vecina de avenida 20 número 1512, entre 15 y 17, para agradecer lo que han hecho por su hijo de seis años.
Cuenta Maleybis que el pasado 11 de julio su niño fue intervenido por el equipo multidisciplinario de implante coclear: la doctora Sandra y la enfermera Yessie, del centro auditivo, la doctora Beatriz y las técnicas logopedas de Las Madreras, los otocirujanos Antonio y Ulises, el equipo del salón de operaciones del hospital Cira García y el personal de la sala 7A del William Soler.
«Todos, sin excepción —señala conmovida la madre—, son de una naturaleza sorprendente. Los padres y familias de los niños sordos y sordo-ciegos atendidos por ellos, y procedentes de todo el país, no sabemos cómo alabar la atención, esmero y profesionalismo, unidos a la ternura y dulzura con que han atendido a nuestros niños. Aquí tenemos gratis un programa que en el mundo entero es casi impagable. Y con un personal único».