Acuse de recibo
Aumentan las respuestas a las cartas. Ahora el asunto es cómo reflejar aquellas, y a la vez darles espacio a nuevos planteamientos de los lectores. Ello obliga a una síntesis en determinadas ediciones como la de hoy.
Osvaldo Perdomo, director de la Empresa Ferroviaria Camilo Cienfuegos, responde a la denuncia de Daril de la Nuez (7 de abril de 2007), acerca del cierre de la estación ferroviaria de Canasí, en Matanzas, durante la madrugada. Ello impidió a él y otras personas pernoctar ese tiempo bajo techo, para trasladarse en el tren, que pasaba a las cinco de la mañana.
Perdomo visitó a Daril y le explicó que esa es una pequeña estación, que no presta servicio las 24 horas. Se producían allí robos y otros hechos delictivos por elementos antisociales de paso, que constituían preocupación de los pobladores. Por ello se decidió cerrar la misma en horario nocturno, sobre todo los fines de semana.
Agrega que «se valoró la actuación de los custodios y se estableció un procedimiento de trabajo para este tipo de estación, aunque en aras de evitar acciones contra los activos que hay en su interior... mantendremos la estación cerrada de 11 p.m. hasta las 4 a.m., horarios en los que, salvo los domingos, no hay pasajeros...».
Mariana Hechavarría, jefa de Divulgación de la Dirección Provincial de Servicios Comunales en Ciudad de La Habana, aclara la inquietud de Maiteé Yanet Turro vecina de Centro Habana que el pasado 9 de mayo censuraba el hecho de que en un taller de esa entidad, colindante con su vivienda, comenzaran a parquear camiones de recolección de basura, con las consiguientes molestias en cuanto a olor e higiene.
Aclara Hechavarría que la medida era temporal, pues esos carros no podían parquear en la calle, y al local designado se le estaban creando condiciones; pero se demoró más de lo previsto. Se disculparon por las molestias y quedaba pendiente una reunión con los choferes, que no cumplieron las orientaciones previstas en circunstancias como esa.
El director provincial de Vivienda en Holguín, Archy Felipe Lam, responde a Celia Mulet (8 de abril de 2007), vecina del edificio 32 B, apartamento 3, calle 19, en el reparto Lenin de la Ciudad de los Parques.
Celia denunciaba que el apartamento de su mamá, en la última planta de ese mismo edificio, tiene graves problemas en la cubierta de la azotea, con filtraciones que, a más de numerosas, se tornan peligrosas cuando llueve. La lectora relataba sus gestiones telefónicas entre la Dirección Municipal de la Vivienda y la Unidad Municipal de Inversiones de la Vivienda (UMIV), con remisiones de un lado a otro, sin orientación precisa, según la remitente.
Refiere Lam que se visitó el sitio y se hizo dictamen técnico. El problema, plantea, está bastante generalizado en esa ciudad, Y la falta de recursos acumulada ha limitado las acciones. La UMIV ha comenzado a trabajar en los 15 casos más críticos de ese reparto, entre los cuales no está el edificio 32-B. No obstante, se espera extender esas acciones a otros edificios en el transcurso del año.
Ante las confusiones con distintos teléfonos, unos de la UMIV y otros de la Dirección Municipal de Vivienda, el director aclara que este caso «no es cosa de peloteo, sino de una correcta orientación frente a una equivocada vía de búsqueda de solución».
María Antonia Alfonso, directora de Atención a la Población de Correos de Cuba, responde a la denuncia de Librada Chacón, residente en calle San Juan 88, Los Mameyes, en el municipio capitalino de Arroyo Naranjo.
Librada denunciaba aquí el pasado 21 de marzo la pérdida de un bulto postal que le enviara su amiga Daisy Cañizares, desde Sancti Spíritus.
La denunciante fue visitada por el administrador de la Unidad de Correos Habana 9, y no aportó datos necesarios para investigar: fecha de imposición y número de bulto. Y en Sancti Spíritus, Correos de Cuba visitó también a Daisy Cañizares, quien tampoco poseía ningún documento legal relativo a la imposición del bulto.
Este es un caso característico de abandono de las pruebas, que podrían sustentar un esclarecimiento preciso. Perdieron legal, como se dice. Moraleja: papelitos hablan. Del lado de acá del mostrador, los clientes debemos acostumbrarnos a guardar por algún tiempo las constancias documentales de los servicios que se nos prestan.