Acuse de recibo
Hoy reflejo dos respuestas del ingeniero Israel Lahera, director de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado en Santiago de Cuba, acerca de sendas quejas sobre dificultades con el abastecimiento de agua en la ciudad cabecera.
La primera de las cartas se había reseñado aquí el 21 de diciembre de 2006, suscrita por Esmérida Medina, del reparto San Pedrito de esa ciudad, quien denunciaba que hacía más de diez años no hay agua en ese barrio, y todo se resuelve cubo en ristre, o pagando a 15 y 20 pesos el barril del líquido.
Según Esmérida, en todas las asambleas de rendición de cuenta la respuesta ha sido que el problema se está elevando... Acueducto y Alcantarillado plantea que no hay recursos y el problema no puede solucionarse.
Al respecto, reconoce el Director la afectación en San Pedrito, y explica que ese barrio no cuenta en su totalidad con una tubería maestra que pueda brindar el servicio. Tal afectación no se ha resuelto, asegura, pues el Departamento de Mantenimiento de ese municipio no cuenta con los recursos necesarios para su solución. La inversión lleva 35,77 kilómetros de tubería de diferentes diámetros.
Precisa que Santiago está inmersa en la rehabilitación de su acueducto, y se proyectan las zonas más complejas de la ciudad. El reparto San Pedrito está comprendido en la segunda etapa, cuya ejecución debe salir en este primer semestre de 2007.
La segunda carta se reflejó en esta sección el 2 de febrero pasado, y la firmaba Omar Soria, vecino del reparto Jiménez, de esa ciudad, quien se cuestionaba cómo era posible que las presas santiagueras se encontraran al 98 por ciento de su capacidad, y en su barrio los grifos estuvieran secos.
Dijo más Soria: el ciclo de agua, que antes era cada siete días, estaba cada nueve y a veces más. Cuando existe afectación por roturas, la solución se aletarga excesivamente. No se hace uso del servicio de pipas para las afectaciones. Y lo peor para él era que «cada vez se hace más difícil para el ciudadano común obtener la explicación de las causas», lo que ha creado estados de opinión desfavorables.
En su respuesta, el Director de Acueducto y Alcantarillado reconoce que en esa zona de la ciudad a finales de diciembre de 2006, el ciclo de distribución de agua llegó a prolongarse hasta 11 días. Y es cierto también que no se brindó agua por pipas a las áreas afectadas.
Precisa el directivo que, durante una visita al ciudadano, se le explicó que el 24 de diciembre se requirió realizar una parada en el sistema de distribución de la urbe para el cambio de dos válvulas en la salida de la planta de Quintero. Y dichos trabajos fueron explicados en el canal local Tele Turquino y en la radio.
En tal sentido se informó que la recuperación del ciclo a siete días demoraría unas dos o tres vueltas. Y después de ello han ocurrido algunas interrupciones menores que han obstaculizado el acortamiento del ciclo. Pero acepta el Director que a ese tipo de información debió continuar dándosele seguimiento, y no fluyó como se necesitaba.
Manifiesta el ingeniero que con la reparación de dichas válvulas fueron eliminadas algunas fugas que tenían en el sistema. Antes del arreglo, esas fugas permitían, paradójicamente, que a la zona donde reside Soria llegaran algunos niveles de agua sin presión. Y ahora lamentablemente se ha agudizado la falta de agua allí.
Aclara el Director que con los trabajos de rehabilitación que se ejecutan en la ciudad, se instalarán sistemas de abasto independientes para los grandes consumidores como hospitales, industrias y escuelas. Y ello permitirá mejorar paulatinamente los ciclos de entrega en la ciudad y sus poblados.
El 14 de febrero pasado, día en que Israel respondiera a esta columna, el ciclo de agua de la ciudad de Santiago de Cuba estaba en ocho días. Al respecto, precisaba que cuando se culminaran los trabajos de rehabilitación en el centro de la ciudad, podría reducirse en cuatro o cinco días. Y aseguraba que la calidad del agua mejoraría con los trabajos de rehabilitación en la planta potabilizadora de Quintero.
Finalmente, el Director provincial de Acueducto y Alcantarillado da toda la razón a Soria cuando reconoce que «nuestro sistema de información a los clientes a través de las salas de despacho no tienen la prontitud y la sistematicidad que se necesitan, lo cual estamos tratando de mejorar».